Los cambios

SEAMOS optimistas y creamos que los pasos hacia un nuevo Estatuto para RTVE, llevarán a otro modelo de televisión pública en el sentido más amplio: de todos y para todos. Dice el tópico que soñar es gratis, pues soñemos. Que ZP haya nombrado a la teórica Carmen Caffarel para dirigir el Ente mientras una comisión traza una propuesta de modelo, puede tener algunos efectos a medio plazo (el corto en la tele es relativo, se planifica a meses vista...), por ejemplo en objetividad informativa, y sobre todo en la progresiva marginación del «corazón» para que, aprovechando su liderazgo, el telespectador valore contenidos más racionales e inteligentes, cualidades compatibles con divertir y entretener. Podrá creerse que una «higienización» de la parrilla en TVE, será la coartada perfecta para que las privadas intensifiquen la telebasura y se lleven la audiencia menos exigente. No hay precedentes. Cuando en la sociedad se instala un deseo de cambio, ni la televisión resiste el impacto. Fue tanto el despropósito, la degradación (sobre todo en las privadas) y de tal profundidad su intrascendencia, que hasta un debate sobre el Ulyses de Joyce sería bien recibido... Va siendo hora de que ese jentío (de jetas) de lenguas viperinas, de botaporelas y de indocumentados, engrosen las listas del Inem.