La tradicional lectura del Quijote no olvida el homenaje a las víctimas del 11-M

Un minuto de profundo y respetuoso silencio en homenaje a las víctimas de la masacre del 11-M prologó la octava lectura completa de El Quijote , que un año más acogía en vísperas del Día del libro el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Después, y con los nombres de los 200 muertos en los atentados proyectados en una gran pantalla, la grave y mestiza voz del poeta Chileno Gonzalo Rojas, último premio Cervantes, abría un carrusel de voces que durante 48 horas rendía homenaje al genio de Miguel de Cervantes Saavedra. Un Gonzalo Rojas que se confesaba luego incapaz de explicar qué es la poesía y que se limita reconocer que «la respiro». Políticos, escritores, periodistas y gentes de a pie se sucedieron tras Rojas en el estrado en el que se había dispuesto una edición facsímil de 1917 impresa para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Miguel Cervantes. Rojas, que hoy recibe en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares de manos del Rey Juan Carlos el premio Cervantes, leía los primeros párrafos de la universal obra de Cervantes. En su voz ronca y un punto dubitativa sonó «En un lugar de La Mancha....» Tras él, el embajador Chileno, Enrique Krauss, el poeta Leopoldo de Luis, el embajador francés Olivier Schramenck, o el hasta ahora Secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca prestaron su voz a la palabra cervantina. Estreno ministerial La ministra de Cultura, Carmen Calvo, anunciaba su presencia para la mañana de hoy, en un paréntesis entre el Consejo de Ministros y la solemne ceremonia de entrega del Cervantes. Se le anticipaban dos miembros del nuevo gabinete, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, y la titular de Fomento, Magdalena Álvarez. En Barcelona el escritor portugués José Saramago dijo en el pregón de Sant Jordi, Día del Libro, que las bibliotecas son como «pequeños Fórum de las Culturas». «En Barcelona, que ha sufrido grandes cambios con los Juegos Olímpicos, con el Fórum, siempre serán necesarias las bibliotecas, que cabrían todas en el edificio más grande del Fórum, pero que en realidad son como pequeños Fórum», dijo.