Humor y versatilidad genital

Yllana, una compañía teatral madrileña especializada en teatro gestual, ha abierto nuevas vías de expresión artística en su trayectoria adaptando una obra de creación ajena que ha causado sensación en medio planeta. Lo que empezó siendo un juego de habilidad entre hermanos ha llegado a los escenarios con el título de Las marionetas del pene , un espectáculo de humor en el que dos actores, Víctor Masán y Eduardo García en este caso, realizan todo tipo de figuras con su miembro viril. «Aún sabiendo de qué va el tema, hay gente que cree que hacemos sombras chinescas o cosas por el estilo», puntualiza Víctor, «pero no, realmente salimos desnudos los dos haciendo figuras con el pene. Hay una pantalla enorme detrás para que nadie se pierda ningún detalle». Aunque lo más llamativo de la obra sea ese virtuosismo genital, un inesperado universo de formas que representan un helicóptero, un caracol, una hamburguesa, la Torre de Pisa o la Torre Eiffel, «las figuras son muy sencillas de hacer, el mérito es haberlas pensado antes», es en la parte actoral, en el ingenioso guión, donde reside el ochenta por ciento de la comicidad. «Es lo que sustenta la obra, sino sería un coñazo. Ver a dos tíos durante una hora tocándose la polla sobre un escenario terminaría hartando, lo que hacemos es trabajar la comicidad entre nosotros al máximo que podamos». Viaje por todo el mundo Desde su estreno en Melbourne en 1998, la obra escrita por Simon Morley y David Friendy ha sido representada con éxito en ciudades como Londres, Nueva York o Berlín, poniendo a prueba el sentido del humor de una audiencia novata en este tipo de propuestas. «La desnudez, al principio, crea un poco de incomodidad, pero a los cinco minutos se olvidan de que hay dos tíos en pelotas y la gente se relaja, ríe y disfruta un montón», asegura Víctor al tiempo que reconoce no prepararse de modo especial antes de cada función. «Calentamos la voz, lo otro no (risas). No conviene calentarlo mucho (risas) porque luego no se pueden hacer las figuras». Poco podían imaginar los autores, dos juerguistas aficionados a la cerveza y a bajarse los pantalones a la más mínima ocasión, que sus habilidades con el falo iban a conquistar al público internacional. Los festivales de teatro de Sidney y Edimburgo se rindieron a un show que está pensado «para reírse, no hay mensajes ocultos, pero si le quieres buscar un significado se puede decir que vale para ver la tontería que supone ese pudor que se siente ante el desnudo. Se le da demasiada importancia, todos nacemos en pelotas». ¿No sienten cierto reparo cuando salen a escena? «(risas) La vergüenza se nos cayó por el camino. No, está todo medido y sabemos lo que hay que hacer», afirma Víctor al tiempo que muestra su despreocupación ante el encasillamiento. «Sería diferente si fuera en televisión, pero al ser teatro no. Además, cuando estamos vestidos la gente ni nos conoce». Hora: 21.00. Precio: 17 euros (patio y principal), 12 (preferente).