Álex Ubago reúne algo más de dos mil seguidores en su esperado concierto

No parece que termine de cuajar la idea de convertir la Plaza de Toros leonesa, rebautizada para la ocasión como León Arena, en un escenario de grandes eventos musicales que sirva como referente en el norte de España. Algo más de dos mil leoneses se acercaron anoche para presenciar el concierto con el que Álex Ubago presentaba los temas de su último trabajo discográfico, «Fantasía o realidad». Una afluencia escasa que da continuidad a una tónica iniciada con Serrat, con una asistencia de apenas tres mil personas, y continuada por El Fary, que consiguió reunir a un millar de seguidores. La cita de anoche, que diez minutos antes de la hora prevista para su inicio presentaba un aspecto desolador, se vio animada por la presencia de decenas de jóvenes deportistas, participantes en un certamen que se celebra en León, que fueron invitados a presenciar la actuación del conocido cantante donostiarra. Su desbordante entusiasmo se dejó notar en una convocatoria presidida por la pésima calidad del sonido. Con su aire más rockero, Ubago irrumpió en un escenario magníficamente iluminado, pero en el que se echaban en falta las consabidas, y necesarias, pantallas de vídeo, que acogió un espectáculo bastante más trabajado que el de su anterior gira. Canciones nuevas como «Dame tu aire», «Cuanto antes», «Otro día más» o «No soy yo», se mezclaron con éxitos ya conocidos, pertenecientes a su primer trabajo, «¿Qué pides tú?», como «Sin miedo a nada» o «Ahora que no estás». Ubago, que en una entrevista a este periódico aseguraba sentirse a gusto en recintos con buena acústica, una circunstancia que no se dio anoche precisamente, se esforzó y ofreció lo mejor de sí mismo sabiendo conectar con un público que coreaba a voz en grito sus temas más conocidos. Tras haberse hecho un hueco en el negocio musical español logrando unas cifras de ventas que ni él mismo podía imaginar, Álex Ubago afronta la reválida artística utilizando las mismas armas que le llevaron al éxito; su sencillez y su innegable talento como compositor de sentidas baladas románticas. En «Fantasía o realidad» muestra de nuevo sus dotes, interpretativas y compositoras, añadiendo unas enérgicas pinceladas rockeras, en las que conviven guitarras, pianos y órganos, que muestran nuevas vías en su inspirado lenguaje musical. Sus celebrados temas lentos, que se han erigido en exquisitas piezas de pop adulto trascendiendo a su natural público adolescente, vuelven a ser sin embargo el eje central de una propuesta calmada y poco dada al movimiento. El intérprete cumplió con lo que de él se esperaba, pero la mala calidad del sonido y la escasa afluencia de público deslucieron un evento que llevaba varios meses anunciado y no cubrió las expectativas anunciadas. Queremos creer que esta clara línea descendente será subsanada en un futuro próximo con la inminente visita de Paco Lucía y las ya anunciadas de Bob Dylan y B.B. King. Tres grandes nombres de la música que se merecen un aforo desbordado.