El rechazo a tomar parte en el proceso por la muerte de Galíndez

Entre los documentos entregados por la familia de Vela Zanetti a la fundación destacan los borradores y la carta que envió desde México a los requerimientos que desde la República Dominicana le pedían que acudiera a declarar en el caso del secuestro y asesinato del agente del FBI Jesús Galíndez. La institución destaca el interés que se tomó el pintor en dejar clara su postura en este tema, puesto que realizó varios borradores antes de enviar la carta definitiva. Galíndez y Vela tuvieron relación durante el tiempo en que éste último pintó el mural de las Naciones Unidas. El pintor sabía que el político vasco se encontraba en peligro, y en varias conversaciones ambos comentaron esta situación. Tras el asesinato de Galíndez por orden del presidente Trujillo, en la caja fuerte del agente encontraron una nota, escrita tras aquellas conversaciones, en la que pedía que en caso de ocurrirle algo le preguntaran a Vela Zanetti. Una circunstancia que, sin duda, ponía en peligro también la vida del pintor, puesto que Trujillo estaba dispuesto a lavar su imagen y borrar todo rastro de su culpabilidad. El artista no quiso nunca relacionarse con este polémico episodio, y declinó declarar en el caso o volver a la República Dominicana. Sí lo hizo en cambio tiempo después, engañado. Volvió al país en el que había desarrollado buena parte de su obra muralística atendiendo a una petición para retocar algunos de estos murales. Pero en el aeropuerto le esperaban los abogados norteamericanos que Trujillo había contratado para intentar librarse de la sombra del asesinato de Galíndez. Los interrogatorios parece ser que dejaron claro que el artista no sabía en realidad nada que supusiera un peligro, porque le dejaron ir. Durante la etapa en la que trabajó en la ONU Vela Zanetti se relacionó con algunas de las personalidades políticas más relevantes de aquel momento.