La pintura del extremeño tiene dos objetivos fundamentales, la naturaleza y la arquitectura
Los paisajes y las casas inventadas de Manuel Vilches, en Tráfico de Arte
El autor se vale de una iconografía absolutamente personal, sugerente e irreal
La galería Tráfico de Arte presenta estos días una sorprendente exposición del pintor extremeño Manuel Vilches (Villanueva de la Serena 1963). Este artista transmite sus emociones, sus vivencias, sus pensamientos, a través de una iconografía absolutamente personal, sugerente e irreal, empleando para ello el pragmatismo de la fotografía y la digitalización y la ilusión pictórico a partes iguales. Vilches, que ya visitó León en otras ocasiones, nos muestra esta vez un cambio radical en cuando a los objetos de su atención. «El paisaje abierto -comenta- se ha transformado en un ámbito mucho más reducido, se vuelven a repetir algunos escenarios y las casitas que los pueblan, pero ahora han adquirido una carga pictórica bastante más importante. Y hay más cambios aún en la última serie, en la que estoy trabajando ahora, que está impresa sobre metal. En ella voy al elemento externo del concepto «casa», sobre todo en cuando a sus texturas y colores, como si fuera un tratamiento pictórico de la propia casa». Amplia paleta La exposición de Manuel Vilches le muestra como un pintor de amplia paleta, de muy amplias diferencias cromáticas. «Sí, la escala cromática es muy diferente en cada uno de estos cuadros, porque de hecho me he dedicado sobre todo a recrear la piel de los objetos, que no siempre tienen el mismo aspecto visual, por ello no he buscado la unidad cromática del conjunto, la he sacrificado en beneficio de la textura de los propios objetos. La pintura de Vilches tiene dos objetivos interpolados, la naturaleza y el hábitat, la arquitectura. «Una arquitectura -explica el artista- que casi está formada por la decoración de las fachadas, es como si fueran los pixels, por llamarlo de alguna manera, que forman esa decoración. Por eso el juego visual que tienen esas fachadas nos desvía un poco de la realidad estructural de esos edificios». Otras técnicas El artista está abandonando lo que es la pintura en sí, para decantarse por las técnicas fotográficas y digitales. «Siempre he coqueteado un poco con ellas -asegura-, pero es que yo en el momento de expresar plásticamente una idea me agarro a lo que haga falta, si necesito pintar pinto y si no empleo cualquier otro elemento. De hecho antes hacía una fotografía y luego pintaba sobre ella y ahora, en muchas ocasiones, primero pinto, luego hago la fotografía, la trato digitalmente... y al final vuelvo a pintar sobre ella. Aunque algunos elementos pueden haber cambiado el orden, el proceso se mantiene. En mis últimos trabajos, los que están impresos sobre metal, si que no hay pintura, hay manipulación informática sobre fotos, que no deja de ser otra manera de pintar» .