Las actuaciones de la bailaora sevillana guardan un equilibrio entre las raíces y la modernidad
El Ballet de Cristina Hoyos presenta un recorrido por los palos del flamenco
«A tiempo y a compás» es un «espectáculo tricolor», según lo define la artista
«De flamenco no se entiende; el flamenco se siente. El que está en la butaca tiene que sentir que lo que tú estás haciendo es algo fuera de lo normal». Dice la gran bailaora sevillana Cristina Hoyos que esta noche, se presenta en el Auditorio de León, con su espectáculo A tiempo y a compás que sustituye al primero anunciado Tierra adentro , y que sin duda tiene un tirón mayor que el esperado ya que las localidades se agotaron hace más de un mes para ver y sobre todo para sentir a esta genial bailarina que con su arte ha sabido expresar los sentimientos más auténticos del hombre como son el amor, los celos, la alegría o la desesperación, utilizando la técnica como libertad de expresión. A tiempo y a compás , dice Cristina Hoyos, «es un programa tricolor porque consideraba básicos estos tres colores en el momento en el que comenzamos a crear el espectáculo, y así lo quisimos montar, en negro para mostrar el dramatismo, la hondura, la solemnidad que el flamenco tiene, en rojo porque en flamenco impera la pasión en todos sus extremos, pasión por amor y por desamor, por alegría y por tristeza, por vida y por muerte... pero siempre pasión y en gris para que con un color neutral lo importante fuera el baile, un baile con el que siempre hemos intentado dignificar este arte que se ha convertido en nuestra vida. En A tiempo y a compás queremos hacer un recorrido flamenco, recreándonos en el baile para en cada secuencia lograr los máximos efectos estéticos y hacer sentir al público, porque el flamenco como todas las artes, no hay que entenderlo sino sentirlo». Gran técnica El baile de Cristina Hoyos se ha distinguido siempre por su gran técnica, conseguida en gran parte gracias a lo aprendido de grandes maestros con los que ha bailado, como Farruco, Pastora Imperio, Manuela Vargas o el propio Gades. También el movimiento de sus brazos ha recogido merecidos elogios. Sus espectáculos guardan siempre un perfecto equilibrio entre el fuerte enraizamiento en el que se sumerge su baile y la modernidad. Es un estilo que asimila las nuevas tendencias de forma muy consciente y sin concesiones a las estridencias. Cristina Hoyos ya llevaba un tiempo bailando en fiestas y tablaos sevillanos e incluso había realizado una gira por Estados Unidos en el ballet de Manuela Vargas cuando Antonio Gades la vio actuar. Desde entonces, de forma casi inmediata, recorrió España y el mundo entero en su compañía como primera bailarina durante veinte años (1968-1988). También con Gades fue la protagonista de las versiones cinematográficas que Carlos Saura hizo de los tres grandes espectáculos de Gades: Bodas de Sangre (1978), Carmen (1983) y El Amor Brujo (1985). Tras su separación, la bailaora formó su propia compañía (1989), con la que confirmó el merecido prestigio, tanto nacional como internacional, del que ya gozaba. Entre otras facetas en las que ha destacado Cristina Hoyos, hay que citar sus trabajos cinematográficos o televisivos, como la película Torero (1999), Montoyas y Tarantos (1989), de Vicente Escrivá o la serie Juncal (1987), de Jaime de Armiñán. No puede olvidarse que es la impulsora de una iniciativa pionera en todo el mundo: la creación del Museo del Baile Flamenco en Sevilla. Un proyecto ambicioso que incluye un escenario para demostraciones del baile. Horario: A las 20.30 horas, en el Auditorio.