Primitivo González o la conversión del plano en obra escultórica

La obras escultóricas de Primitivo González (Valladolid, 1951) abordan en sus últimos tiempos, como indica el título de su exposición de la sala Lucio Muñoz, interesantes reflexiones sobre el plano. El artista, que en una etapa anterior había dedicado toda su atención a la experimentación espacial del cubo, cambió sus conceptos, mediados los noventa, para ceñirse a las dos dimensiones del plano, convirtiendo sus obras en trabajos casi pictóricos, en los que se juega con la luz y las sombras. El artista es arquitecto en ejercicio y actualmente está realizando en León, en Eras de Renueva, el proyecto del edificio destinado a Tesorería, al lado del Musac. La exposición se divide en tres series, la primera titulada Bandejas de sombras , y las otras dos dedicadas a cuadrados y rectángulos. En la muestra presenta su trabajo de los últimos cinco años, en el que se refleja «una búsqueda del espacio a través del plano. Trato de mostrar cómo un espacio de dos dimensiones puede ser también considerado como escultura. En unos casos se trata de piezas que proyectan sombras sobre el plano y en otros se muestra como ese mismo plano puede comportarse realmente como si fuese una escultura». Para el artista el material elegido, en este caso el acero, es muy importante. «Importa mucho tanto el material como la ejecución. Son piezas muy exquisitas, muy sensibles y a la vez muy claras, en las que lo ideal sería que el material desapareciera, por eso importa en cuanto que no tenga una presencia absorbente. Tiene que ser tan perfecto que no llame la atención en base a sus características. Aunque luego hay algunas piezas grandes en las que el material tiene unos aspectos mucho más pictóricos, mezclados con otros escultóricos y arquitectónicos». Comenta González sobre la evolución de sus esculturas hacia las dos dimensiones: «Cuando vas investigando, buscando cosas diferentes, funcionas por sugerencias producidas por lo que te rodea, por ejemplo el mar es un gran plano y sin embargo es profundo, tiene una tercera dimensión que no ves. ¿Cómo te das cuenta de que el mar no es solo un plano? pues cuando llega a la playa y rompe, cuando ves las olas, cuando los bordes resaltan del espacio». El escultor no puede impedir que en sus obras se mantenga un claro contacto con la arquitectura. «Yo soy arquitecto -dice- y ese es básicamente mi trabajo, la escultura es el contrapunto. La arquitectura te exige una funcionalidad, un respeto a la función, una serie de condiciones un poco abstractas muchas veces que tienes que convertir en concretas. En cambio la escultura es mucho más libre y te permite hacer lo que realmente te interesa sin ningún tipo de condicionante». Horario: De 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 20.00 (Delegación de la Junta en León).