Halffter y el placer del sonido
El compositor asegura que el verdadero disfrute sólo se consigue con renuncia, sacrificio y silencio en un libro que forma parte de una colección editorial dedicada a los placeres
Enseñar al ser humano a obtener placer en el sonido «no sólo de la música o la naturaleza, sino del silencio que le rodea», es lo que se propone el compositor español Cristóbal Halffter, según dijo, en uno de los libros de una nueva colección editorial dedicada a Los Placeres. El placer de la música, la danza, la comida, la lectura o los viajes se irán sucediendo en esta colección que inicia el sello editorial Síntesis con tres títulos, uno de ellos El placer de la música , sobre el que Halffter conversa en este volumen con el economista y periodista Luis Ignacio Parada. El placer de comer , por el cocinero Abraham García, considerado entre los mejores del mundo, y El placer de la lectura son los otros dos títulos del lanzamiento. La ensayista Anna Aguilar Amat y el traductor y crítico Francesc Parcerisas, ambos poetas, describen este segundo placer tan especial desde la perspectiva del que ellos obtuvieron con otros libros «con las reflexiones y emociones que se desprenden al fundirse los textos con la vida», precisa Gwendolyn Alston, directora de la colección. Placer triste «El placer no siempre implica alegría, sino que es también triste o melancólico, y sobre todo exige mucho esfuerzo y sacrificio; requiere dejar de lado otros placeres junto a muchas horas de trabajo», subraya Halffter, que insiste en llamar a trascender esta «cultura de usar y tirar» que hoy se promueve. «No hay que olvidar que la verdadera alegría del ser humano es la que obtuvo Einstein cuando formuló la teoría de la relatividad, nada hay comparable a eso -dijo-, o la de aquel niño que empezó a estudiar el violonchelo y siguió durante años, hasta que un día pudo tocar solo las suites de Bach en un concierto». «Si gana la copa el Valencia eso está muy bien, pero después ¿qué queda?; el verdadero placer sólo se consigue con renuncia, sacrificio y silencio», subrayó el compositor. Halffter considera que la música es una gran ayuda para avivar en las personas el motor interno de la creación «hacia lograr el 'bien-ser', que es más que el 'bienestar'», proclama, porque va más allá de la supervivencia, «hacia lo profundo, de donde brota la verdadera alegría. Esto, no hay duda, es la realidad». En su opinión, el «primum vivere» (primero vivir) constituye hoy día una trampa y un gran error, pues «es ya al lograr el mínimo indispensable -si no, luego se olvida- cuando has de ponerte a buscar lo espiritual, la filosofía, para que pueda llegar el bienestar». Pasión por la excelencia Es la fórmula que permite encauzar la pasión por la excelencia, para que dominar un arte sea un placer inmenso, «algo que la masificación ha rebajado hasta tal punto que, por el contrario, si alguien sobresale, lo denigran inmediatamente», critica el catedrático de Composición del Conservatorio de Madrid, que obtuvo en dos ocasiones el Premio Nacional de Música, en 1953 y en 1989. El compositor de obras como las Elegías a la muerte de tres poetas españoles , lamenta escuchar con frecuencia «a personas que interpretan cierto tipo de arte como una barbaridad porque no lo entienden, quizás para ocultar un sentimiento de envidia o rencor», se responde. «¿Por qué escuchar a Bach puede ser una maravilla para uno y para otro una pesadez o una tomadura de pelo?». Por eso cree que los niños deben empezar cuanto antes a escuchar. Cuando tienen tres o cuatro años hay que enseñarles a estar cinco minutos quietos, concentrados en algo. «Si se logra, se va aumentando ese espacio de atención, de silencio, de estar consigo mismo, y eso es la educación, a la que la música puede ayudar muchísimo», afirmó.