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Publicado por
MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ
León

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ES UN TÓPICO, pero cuando los informativos de ayer abrían con las imágenes de los cadáveres de algunos de los tripulantes rescatados del pesquero «Bahía» y sus familiares congestionados al reconocerles en la improvisada morgue de Corme, era imposible no acordarse de Sorolla y su cuadro «¡Y aún dicen que el pescado es caro! (1895). Para un profano de tierra adentro, linda con la ciencia ficción que en junio, a punto de entrar en el verano, se produzca un naufragio como este y fallezcan sus diez tripulantes. Pero, por desgracia, sucede. Regresaban de pescar anchoa y estaban a pocas horas de reencontrarse con los suyos. Para colmo, el «Bahía» se destacó en la lucha contra el chapapote del «Prestige», y TVE recuperó imágenes de archivo, de cuando un equipo se subió a bordo y entrevistó al patrón, Hermindo Castro. La tragedia adquiría una nueva dimensión con su cuerpo todavía estaba entre los desaparecidos. Un golpe de mar, dicen. En Redondela, en Cambados, en Cangas... varias familias lloran a los suyos y cientos de vecinos están ahora mismo bajo la congoja más aguda. La noticia estuvo y está en todos los medios, pero estos muertos son otros. No iban a pegar tiros a un país lejano. Se ganaban la vida, de ahí el shock de este drama de marineros, pescadores. ¿Verdad que está barata la lata de anchoas?