«Los más grandes pintores suelen ser siempre los pintores viejos»

La pintura del alicantino Antoni Miró es un magnifico testimonio de la época que le ha tocado vivir. Las guerras, las miserias, las arquitecturas, las modas, los personajes, los iconos, en fin, de una sociedad que incrementó vertiginosamente su ritmo de vida, que rompió todos moldes establecidos hasta llegar a la globalización y la gloria de la cibernética, se refleja en los lienzos de un artista que, asegura, «los buenos pintores son viejos», dando a entender que la excelencia en el arte llega con la madurez del creador. Antoni Miró ha desembarcado en Sharon Art con una extensa muestra de su obra de los últimos tiempos, cuadros que en ningún momento han dejado de reflejar la problemática social, las referencias estéticas, los problemas ecológicos... y siempre con una impecable técnica pictórica a la que el artista incorpora las últimas corrientes digitales. -La poesía social hace muchos años que se perdió en el olvido, ¿sigue vigente la pintura social? -Estamos en un momento en el que todo puede convivir, sin duda la pintura social tiene aún un largo recorrido. -Sorprende que un artista con capacidad de expresarse fácilmente con las técnicas clásicas haya incorporado a su obra los avances digitales? -Desde el año 1999 vengo empleando la gráfica digital. Pero en ningún momento he abandonado los procedimientos de siempre, el aguafuerte, la xilografía, la litografía, a veces necesito acercarme a la tecnología y lo hago sin ningún rubor. En cuanto a la pintura propiamente dicha sigo con los acrílicos que comencé a emplear en los años setenta. Siempre me gustó experimentar con distintos materiales. -Usted ha pertenecido a varios equipos artísticos como Alcoiart y Gruppo Denuncia , pero parece ser que en estos días no se practica demasiado esta clase de colaboraciones artísticas. -En Valencia, en los años sesenta, se creó el equipo Crónica de la Realidad que tuvo una gran relevancia a nivel nacional e internacional, paralelamente en Alcoy (Alicante) comenzó a funcional el grupo Alcoiat sin que tuviéramos conocimiento de la existencia de Crónica de la Realidad. Después nació en Italia el Gruppo Denuncia, en el que participé junto al también español Julián Pacheco, que ya murió, y con otros dos pintores italianos y un crítico de arte. Este equipo aún no se ha extinguido, seguimos manteniendo una cierta relación, nos intercambiamos proyectos, organizamos exposiciones y realizamos juntos otras muchas actividades. Era un grupo muy integrado en los años setenta, que ha ido perdiendo fuerza, aunque manteniendo unos interesantes vínculos de amistad. -En sus pinturas se repite la presencia de toda una constelación de bicicletas, mitad realidad, mitad invención, ¿qué significado tienen? -La serie que estoy, pintando actualmente se llama Sin título , pero la anterior estaba integrada por cuadros que denunciaban el mal trato de la naturaleza, del medio ambiente, y en ella figuraban diferentes máquinas, desde coches a excavadoras, como instrumentos de destrucción; y la bicicleta, por el contrario, representaba como contraste una máquina respetuosa con el medio ambiente que incluso después de dejar de ejercer su función sigue siendo bella y que permite pintar el fondo, porque es como un dibujo esquemático, es un objeto casi transparente. Es una máquina a la que habría que hacer un homenaje por su respeto al medio ambiente. El artista alicantino Antoni Miró ha pasado por muchas etapas artísticas a lo largo de su vida, pero manteniendo siempre una línea de denuncia social. Asñi, son de destacar sus series dedicadas a homenajear a grandes maestros de la pintura universal de todos los tiempos, desde Velázquez, Miró o Picasso hasta Dalí, Bacon, Goya y muchos otros, quienes prestaron sus personajes y escenarios al pintor alicantino para que los convirtiera en modernos, para que los acercara con singular eficacia al teatro del pop-art. Antoni Miró es un pintor en plena madurez, en el mejor momento para hacer grandes cosas y lo demuestra con plenitud en los cuadros que pueden admirarse en la galería Sharon Art. Horario: de martes a domingo de 18.30 a 21.30. En la calle Cervantes, 10.