El original mundo digital del León visto por Santos Javier

Santos Javier, es un personaje lleno de originalidad y pleno vitalidad. Es, además, un artista que ha sabido incorporarse como pocos al tren de las nuevas tecnologías, y lo ha hecho sin perder ni un ápice del intenso colorido que distinguió siempre a sus creaciones. En esta ocasión presenta sus obras, sus pinturas digitales, en el espléndido escenario del Auditorio de Música de León, donde continúa la serie de exposiciones dedicadas a dar una amplia visión del panorama actual de la pintura leonesa. Explica el artista que llega al Auditorio con toda una muestra virtual «de tecnología punta, como puede verse siempre a la última» . Después, más serio, explica: «La exposición es un recorrido genérico por la ciudad de León. Se pueden contar con los dedos las imágenes que pertenecen a otros lugares, por otra parte cercanos, San Andrés (quieras que no uno vive en Villabalter, sino me van a dar unos cachetes), hay otra de Carrizo de la Ribera¿ es importante y divertido que el espectador juegue a adivinar de donde proceden las imágenes. Esto en la primera sala. La paleta y el pincel de Santos Javier se han transmutado en cámara fotográfica digital y el artista no deja de llenar su memoria de imágenes mientras habla con la prensa, mientras posa para que le retraten, en tanto en cuanto explica sus trabajos a los visitantes¿ en todo momento Santos Javier dispara incansable su pequeña cámara en situaciones que en ocasiones se asemejan a un intenso duelo de destellos. En la segunda sala las obras son de mayor tamaño y en ella puede contemplarse un «homenaje al Guggenheim, pero sin sacarlo, trabajado con unas farolas que están a su alrededor -explica- que se están empleando en la rehabilitación de toda la zona que ocupa el museo. Y, naturalmente, esos impresionantes rascacielos de cajas vacías, que son ya como un emblema de esta etapa de mi trabajo». Santos Javier comenta que está plenamente identificado con el mundo digital y que por ahora continuara experimentando, buceando en lo más profundos del ordenador, para transformar en pintura unas imágenes que posiblemente por sí mismas tendrían muy poco fuerza, escasa importancia. «Todos los cuadros son del 2004 exceptuando dos, los dos con los que empecé esta «movida» digital y que he traído para que se pueda comprobar la evolución que he experimentado». Entre las obras de la sala alta del Auditorio hay una imagen de gran tamaño que es un homenaje de las Torres Gemelas, ha estado expuesto en una feria de arte en Oporto, el pasado mes de Abril. Santos Javier es un joven roquero que cámara en mano se enfrenta al mundo, que intenta absorber toda la energía de los motivos que encuentra en su camino y que, algún día, convertirá otra interminable serie de calles y edificios, de monumentales edificios inventados. ­O en una galería de personajes que ya tiene en la memoria de su disco duro, que ya ha capturado y que conserva en espera del momento oportuno para mostrarlas resucitadas por el milagro de la informática.