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La fiesta de las lenguas de León

Ya se conocen los ganadores del Concurso de Cuento Tradicional convocado por La Caleya, donde los chavales pueden escribir en cualquier modalidad lingüística leonesa La enseñanza de los mayo

JESÚS

Publicado por
Emilio Gancedo - león
León

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¿Qué se habla en León? se preguntan muchos a menudo. Bueno pues, en primer lugar, se habla castellano, que es en lo que nos entendemos prácticamente todos los que aquí vivimos y que nos une a una comunidad lingüística de casi 400 millones de personas, una de las más importantes del mundo. También existe el dominio lingüístico asturleonés, lengua que empleaban una gran parte de los habitantes de los pueblos de esta región hasta principios del siglo XX y de la que hoy quedan numerosísimos rasgos, además de comarcas enteras que siguen expresándose en esta modalidad, caso de Laciana o la Cabrera. Y, en tercer lugar, está el gallego que se habla en el occidente del Bierzo, más o menos al oeste del río Cúa. Diversidad igual a riqueza. Esta es una ecuación universalmente compartida. El hecho de que contemos con tres dominios lingüísticos diferentes no hace sino enriquecernos culturalmente y enriquecer también al castellano, la «lengua común», y quien mejor conoce todas estas cosas suelen ser muchas veces los niños: ellos escuchan en casa -sobre todo a sus abuelos- historias, palabras y expresiones que les llaman la atención: muchas de ellas pertenecen a los dos dominios ligüísticos distintos del castellano que hemos mencionado antes, lenguas que no cuentan con demasiado apoyo por parte de las instituciones: el asturleonés ni siquiera se enseña de manera optativa en las clases y su existencia se ignora por parte del gobierno autonómico. Destino, los «rapaces» Es por eso que el Concurso de Cuento Tradicional Leonés convocado por la asociación astorgana La Caleya ( Conceyu de falantes y amigos del asturllionés ) recurre a los más jóvenes para que, con total libertad, envíen cuentos e historias en cualquiera de las modalidades lingüísticas leonesas: así, se han recibido narraciones en castellano, en gallego normativo, en gallego mezclado con palabras castellanas o astures, en variantes locales del asturleonés, en asturleonés normativo, y en ese castellano trufado de palabras leonesas ( prestar , culuebra , aluche , añusgar , esparabán , y miles de ellas más) que es lo que, en el fondo, solemos hablar casi todos. A finales del pasado mes de mayo tuvo lugar el fallo del premio en sus tres categorías (hasta diez años; de 11 a 13; de 14 a 17; y una especial de «mejor cuento en asturleonés»). El jurado estuvo formado por José Antonio Martínez Reñones, Miriam Chana, Xosepe Vega y Noelia Alfonso, y los ganadores son chavales de Laciana, Omaña, Maragatos, Bierzo Alto y La Robla. A juicio de la organización, los objetivos del concurso son «fomentar la transmisión oral, de padres a hijos y de abuelos a nietos, de los cuentos tradicionales de nuestra cultura autóctona; premiar la calidad de la redacción escrita por niños y jóvenes; contribuir a la valoración y difusión de la lengua leonesa en sus diversas variantes y aportar a los centros educativos un recurso didáctico para trabajar en el área de conocimiento del medio en su vertiente social y cultural». Ésta es ya la sexta edición del concurso y cada vez es mayor la participación en el mismo por parte de los jóvenes; quienes escriben lo hacen sobre todo desde las comarcas del norte y occidente de León, pero también desde las riberas del este y sur, donde se conserva mucho léxico leonés y otros rasgos lingüísticos muy interesantes y que es necesario proteger. Pero como lo más divertido es leer los propios cuentos (la organización ya piensa en publicar un libro con los mejores), ahí van los ejemplos, tres encabezamientos de tres cuentos premiados: «Nun va muitu, un pastor tuvo que dire como tolos días, col sou rebañu, polos montes de Babia. L.levantóuse ceo ya'l cielu escuru amenazaba tuena...» (Coral Suárez, de Villager-Vil.laxer). «El tío Luciano, cuya familia avecindaba desde antiguo en Tabanedo, tenía un gato muy lambrón, pues cada dos por tres le metía mano al cocido...» (Leticia Alfaro, de La Robla). «Estaba Pascualón labrando ehí en ese monte, ia raposa en el cáxaro. Ie entonces baxóu o lobo ie quería a pareja dos buéis. Ie dixo Pascualón: -Espera, túmbate ehí nel carro que vou a labrar el eiro y después ya che dou a pareja dos buéis...» (Jairo Ramón Arias, de Fabero-Fabeiru).

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