La Residencia rinde homenaje a Nora, como miembro de la «España proscrita»

El director de la Residencia de Estudiantes, José García-Velasco, destacó ayer la importancia de «recuperar la memoria proscrita» de España, que espera «seduzca a las generaciones futuras», durante el acto de entrega a la institución de los dibujos efectuados por Alvaro Delgado para el poemario Pueblo cautivo , de 1946, de Eugenio de Nora. Los once dibujos, entre los que se encuentran los que acompañan a poemas como La herencia renovada , Testimonio , La fuente , Libertad , Paisaje de España o Quiero decir , fueron depositados en la Residencia por Alvaro Llopis y Nicolás Sánchez-Albornoz, junto a quienes han permanecido durante sus exilios en Francia y Venezuela. Escritos entre 1944 y 1946, los poemas de Pueblo cautivo , fueron publicados de forma clandestina y anónima en 1946 por Ediciones F.U.E. (Federación Universitaria Escolar), sindicato estudiantil de resistencia que jugó un papel determinante contra la dictadura de Primo de Rivera, y que intentó reorganizarse en los años cuarenta contra el régimen franquista. Durante el acto, que contó con la asistencia de Alvaro Llopis, Sánchez-Albornoz, Eugenio de Nora, Alvaro Delgado y Carlos Vélez, miembros de aquella organización clandestina, Sánchez-Albornoz se refirió a la destacada labor desarrollada por la Residencia «recuperando elementos de la memoria, evocaciones de intelectuales de la época», que pertenecieron a la F.U.E. Personajes apegados a la República, explicó Sánchez-Albornoz, que realizaron «una gran labor cultural, además de la resistencia, en la que reivindicaban una cultura distinta», y dentro de ese ambiente, se publicó Pueblo cautivo . Alvaro Llopis, con voz entrecortada debido a su avanzada edad, dijo que esta obra recoge «poemas comprometidos que reflejaban el sentir de todos aquellos jóvenes universitarios» y fue «un arma de la clandestinidad y una defensora de la libertad», que la F.U.E. les encargó a Sánchez-Albornoz, Manuel Lamana, Ignacio Faure y a él «pasar a Francia para que se diera difusión en Europa», a través de un periodista noruego. Eugenio de Nora dijo sentirse como Blasco Ibáñez después de escribir «La Barraca», y explicó, «haga lo que haga, siempre seré el autor de este libro», hecho que espera compensar con su nuevo título, «Canción», que está a punto de salir a la calle, y en el que señaló «no abandono los textos comprometidos con la poesía y la política». La edición del año 1946 de «Pueblo cautivo», comentó de Nora, fue creada mientras estaba en el campamento de milicias de La Granja, lo cual, aseguró, resulta irónico, ya que, «representa todo lo contrario». En el colofón de esta primera edición dice: «Este volumen, obra de un poeta sin nombre, el primero de las ediciones F.U.E., se acabó de imprimir en un lugar de España en los talleres del periódico clandestino U.F.E.H. el día treinta y uno de diciembre de 1946».