INTERFERENCIAS
Pompeya
LA PRIMERA ocupa el prime time de los viernes con un espacio centrado en el documental, bajo el genérico Límite cero . Y no les va tan mal, con lo cual se derriba uno de esos mitos cicateros que atribuyen al formato, la condición de «veneno» cuando se busca una audiencia masiva. Eso de que los documentales son pasto de culturetas y de gente rara. La noche del miércoles hicieron doblete en torno a la erupción del Vesubio, que en el 79 a.C. arrasó cuanto encontró a su paso en cuestión de minutos. Es una de las grandes tragedias de la Historia y pocos mortales habrá que lo desconozca, pero eso no restó interés a la doble oferta. Pompeya, el último día es una cuidada recreación de lo ocurrido, gracias a las grandes posibilidades de la tecnología digital, alternadas con actores y figuración. Planteada con rigor histórico a la vista de la crónica dejada por el testigo Plinio El Joven, y en base a los peculiares restos arqueológicos, entre los que se incluyen unos dos mil cuerpos solidificados en posturas cotidianas. Una muerte instantánea. La actriz Ana Fernández se intercaló como guía. Lo completaron con Los misterios de Pompeya , un reportaje más centrado en los aspectos más técnicos a la luz de las excavaciones que continúan en Pompeya y Herculano. Es la del miércoles una noche distinta. No tienes la sensación de haber quemado un par de horas inútilmente.