Chicho, adiós

CON TODO, ya no fue lo mismo. Cuando reapareció en antena Chicho Ibáñez Serrador con su ya clásico formato Un, dos, tres... ahora con el añadido de ¡A leer esta vez! , las expectativas eran razonables. Los libros serían el eje de la nueva propuesta, y tal como andaba el patio de la telebasura, sonaba a bendición celestial. Casi siete millones logró en su estreno de enero, pero después caería en picado hasta rondar los tres millones, y en ocasiones por debajo. El viernes emitieron su último programa. Los nuevos gestores de TVE no optaron por su continuidad. En los corrillos se habla de su altísimo coste, más que de su limitada audiencia. Reconociendo que el contraste entre las cifras de audiencia y las de su gasto, bastaban para su caída de la parrilla, el programa chirriaba. Sin mejoras substanciales con respecto a ediciones anteriores, arrancó con mucha racanería en reparto de premios y, sobre todo, se hacía demasiado largo. El truco de dilatarlo permite más bloques de anuncios para rentabilizar la emisión, pero el espectador acaba por no soportarlo. La batería de cómicos y sus respectivos «gags» no siempre acertaban en ingenio u oportunidad. Exceptuando algunos invitados especiales, el resto... Por otra parte la audiencia que prima en la tele o tenía borroso el recuerdo de Chicho y su Ruperta, o simplemente no lo conocía. Puede que el adiós sea definitivo.