Sombras

PODRÁ parecer una anécdota, pero en el 2004 del siglo XXI, ver buena parte de un partido de fútbol con sombras en medio campo, o es un derroche de modernidad en plan atraco a mano armada, o es una kgarrutaimperial... Sucedió en el aburrido Dinamarca-Italia de la Eurocopa, que La Primera emitió en la tarde del lunes desde la histórica ciudad portuguesa de Guimaraes. Antes de entrar en materia, recordemos que el sol está donde está y va a su bola, y que los constructores de estadios tampoco se toman muy en serio a la estrella que opera el milagro de los días y las noches. Se conservan fotografías de porteros jugando con visera porque el sol les daba de frente durante medio partido. Viene de antiguo. El nuevo estadio de Guimaraes se sometió el año pasado a una remodelación y ampliación por la nada despreciable cifra de 26.3 millones de euros. Se supone que lo habrán rediseñado para que espectadores y jugadores saquen el mayor rendimiento al espectáculo. Unos mirando, otros jugando. Pese a todo, la segunda parte del Dinamarca-Italia la vimos con la sombra de una tribuna proyectada transversalmente sobre el césped. Ver por la tele, lo que es ver, se veía, pero era gracias a que Italia lucía camiseta clara. No parece de recibo que el realizador no fuera capaz de solventar técnicamente semejante carencia. Seguro que tenía solución, pero pasaron.