En una fase posterior se recuperarán los edificios anexos, en manos de la Cruz Roja y la Junta
El Palacete de Independencia podrá abrir el museo a principios del 2005
La Diputación invertirá 1,2 millones de euros en la rehabilitación del histórico edificio Un gran pro
La rehabilitación del Palacete de Independencia costará 1,2 millones de euros, y las obras que adaptarán sus dependencias para acoger el museo de pintura Díez Caneja y los fondos de la Diputación sobre autores leoneses tendrán un plazo de ejecución de entre seis y nueve meses. Así lo anunció ayer el presidente de la institución provincial, Javier García-Prieto, que junto con los técnicos responsables de patrimonio y exposiciones recorrió las instalaciones del hasta hace poco Instituto de Higiene para conocer de primera mano su estado actual. El proyecto de rehabilitación especifica que «en general el edificio presenta un estado de conservación aceptable, sobre todo en aquellos elementos singulares que caracterizan al edificio». Y propone «la conservación de todos los elementos arquitectónicos singulares». García-Prieto apuntó durante la visita que este proyecto supone una primera fase de la recuperación, ya que próximamente se iniciarán negociaciones con la Cruz Roja y la Junta de Castilla y León, que ocupan dos edificios anexos al palacete y que la Diputación pretende incorporar al uso cultural. Cambio de uso La Diputación se hará cargo del total del presupuesto de la rehabilitación de este edificio, construido por el arquitecto Juan Crisóstomo Torbado en 1926 y que primero fue Instituto de Previsión. Hasta el año pasado se ocupó como laboratorios de análisis por parte de la Junta. En la visita el presidente de la Diputación estuvo acompañado por la diputada Natividad Cordero, así como por el arquitecto provincial, Pablo Vicente Herranz; y los técnicos de Patrimonio y Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura, Jesús Celis y Luis García. El arquitecto explicó que las actuaciones de recuperación se basarán en el respeto de todos aquellos elementos originales del edificio, desde los mármoles a la azulejería, pavimentos, barandillas de forja, vidrieras emplomadas, carpintería de madera interior, artesonados y relieves en yeso; así como molduras en los techos y fachadas.