Cinco décadas interiorizando la esencia del paisaje castellano

Durante más de cinco décadas Juan Manuel Díaz Caneja concentró su interés en el estudio sistemático del paisaje castellano, de forma incluso obsesiva. Escudriña de forma constante el elemento natural y rural, cargado también de ensoñación y evocación mágica; e incorpora a su obra una carga afectiva profunda. «Sus cuadros parecen ser como reflexiones sobre la vivencia interior de la soledad y la austeridad del campo castellano», escribe Luis García Martínez. Javier Villán considera que Caneja «sobrevivió como pudo con la pintura y a su pintura». Un arte difícil y comprometido como lo fue su propia existencia.