Buen humor, juventud y mucha ilusión en la tertulia taurina del Diario de León

Buen humor y excelentes anécdotas, las que aporta el conductor de la tertulia, el prestigioso crítico Manolo Molés; la sabiduría que destilan los comentarios de Antoñete y la juventud e ilusión que aportaron los invitados. Eso es lo que hubo anoche en la tertulia taurina que diariamente organizan en el hotel Conde Luna el Diario de León y el Club Taurino Leonés, que en esta ocasión premió la voluntad, las buenas maneras y la proyección del Taranto. Lo hizo en presencia de su padre, un ex matador de toros del que heredó el apodo y que ahora acompaña a su hijo de plaza en plaza. Fue una tertulia entretenida, distendida y salpicada de pequeñas genialidades en los comentarios que aportaron los novilleros, las que lamentablemente le faltaron en la plaza en una tarde anodina. Lo que pasó en El Parque lo resumió Manolo Molés en su comentario de presentación de la tertulia: «Una cosa es promoción y otra muy distinta es abuso de tiempo. este tipo de espectáculos deben reciclarse y hacerse con tres o seis novilleros, como se quiera, pero con seis buenos novillos, que fue lo que faltó en esta ocasión. Fue una novillada muy chica, mansita y que se dejaba. Pero no han pasado demasiadas cosas y, por tanto, no hubo emoción». Experiencias juveniles Efectivamente, en El Parque comparecieron siete novilleros que se veían más puestos y uno, el octavo, el granadino Ángel Jiménez, que mataba por primera vez. De todos ellos el más curtido es Juan Jesús del Monte, un joven de El Espinar, de 22 años, formado en la escuela de Sánchez Puerto, al que recordó en la tertulia: «He tenido la suerte de verlo en el campo y sé que es buen torero y mejor maestro». Del Monte, que entrena cuando acaba su trabajo como albañil en la empresa familiar, fue el único que consiguió trofeo en León. Prepara ya para las próximas semanas su debut con picadores y su sueldo le ha permitido comprarse el vestido que lucía. No así a Jesús Cerceda, de 16 años. Es de San Fernando, debutó en Chiclana, idolatra a Morante de la Puebla y fue su abuelo quien lo metió en esto. Ha hecho tres novilladas. Ayer lució un vestido que previamente había alquilado. «Fue una pena lo de la espada, porque lo había hecho bien y me había sentido a gusto delante del toro». También El Taranto tiene 16 años. Es granadino y se forma en la escuela de Jaen. «Empecé por probar cómo era esto. Estaba en una finca y mi padre me puso una becerra delante. Me pareció muy fácil y de momento sigo en ello», explicó. José Carlos Huertas lleva dos años como novillero y en ese tiempo ha matado a 38 animales. Es de Vitigudino (Salamanca) y aspira a emular a El Viti. Y es cerrajero, como lo era su ídolo. «La gente del pueblo está encantada con la posibilidad de llegar a tener a otro torero. Y yo más, claro». «Una cosa es promoción y otra bien distinta es el abuso de tiempo, que fue lo que ocurrió esta tarde» MANOLO MOLÉS Crítico taurino