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El jurado destaca al «representante ilustre, comprometido con la verdad e independiente»

El periodismo humanista de Jean Daniel, premio Príncipe de Asturias

El autor argelino recibe el galardón a la trayectoria en Comunicación y Humanidades

Jean Daniel, ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación

Publicado por
O. Ramírez - oviedo
León

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El periodista Jean Daniel (Blida, Argelia, 1920) ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. El jurado encargado de fallar el premio ha considerado al veterano reportero, que ha desarrollado su labor profesional en diarios como Le Monde o L'Express , «un representante ilustre del periodismo comprometido con la verdad e independiente de los poderes públicos». La candidatura de Daniel recibió numerosos apoyos de personalidades como el ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, el escritor Umberto Eco o el ex secretario de Estado de EE.UU . Henry Kissinger. En el acta del jurado, que presidió Manuel Olivencia, se reconoce al galardonado su habilidad para «imprimir siempre a su labor un carácter hondamente reflexivo y crítico que recoge la herencia intelectual, el coraje y el rigor ético de autores como Albert Camus o George Orwell». Para el jurado, el fundador de Le Nouvel Observateur , en síntesis es «el representante del mejor periodista humanista de nuestra época». La actividad periodística de Jean Daniel es dilatada, como ha reconocido el jurado, quien ha valorado especialmente su labor en publicaciones como Le Monde o L'Express . Nacido en 1920 en Blida (Argelia), Jean Daniel es de origen sefardí. Se licenció en Estudios Superiores de Filosofía en La Sorbona. En 1947 fundó la revista Caliban , que dirigió hasta 1951. Redactor jefe de L'Express (1954-1964), durante este período se dio a conocer como reportero internacional, cubriendo la guerra de Argelia y viajando a Cuba. Posteriormente, ejerció como corresponsal en París de The New Republic (Washington), de 1957 a 1962, y colaborador del diario Le Monde (1964). A finales de ese año fundó la revista Le Nouvel Observateur , de la cual es en la actualidad editorialista y director. Colabora regularmente en numerosos medios de comunicación internacionales. Intelectual influyente Jean Daniel está considerado como uno de los intelectuales franceses que mayor influencia ha ejercido no sólo sobre la política y la cultura, sino también sobre los grandes debates del siglo XX: la polémica entre Sartre y Camus y el fin de la utopía marxista, la guerra de Argelia, el problema palestino-israelí, la descolonización de África, las dictaduras en Europa e Hispanoamérica, o, en los últimos años, el terrorismo y las nuevas guerras. Ha sido miembro, entre otros organismos, del Consejo Superior de la Agencia France-Presse (1971-1975), del Consejo Superior de la Lengua Francesa (1989-1994), del Consejo de Administración del Gran Louvre (1992-1997), del Comité Consultivo Nacional de Ética(1998-2002) y es presidente del Comité de Sabios (Bruselas, 2003). Fueron 19 candidaturas las presentadas a este premio, el cuarto que falla la Fundación Príncipe de Asturias. «Mis predecesores en este premio tienen nombres que intimidan» El periodista y escritor francés Jean Daniel, se declaró «halagado» por el «premio más prestigioso» que ha recibido en su larga carrera. «Mis predecesores en este premio tienen nombres que intimidan. Hay personas que han jugado un papel histórico que yo no he desempeñado, como Vaclav Havel, y hombres del valor de Humberto Eco», dijo a Efe el fundador de la revista Le Nouvel Observateur. Indicó que conocía los premios Príncipe de Asturias por medio de «amigos» que lo habían recibido con anterioridad, como el ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, el ex dirigente portugués Mario Soares y el escritor mexicano Carlos Fuentes. «Además, el nombre de Oviedo, de Asturias y del príncipe dan lustre al galardón», afirmó Daniel, orgulloso de haber recibido un premio que ha distinguido a «espíritus libres». A sus 84 años, el periodista y ensayista afirmó que aprecia «por encima de todo el espíritu de libertad», una cualidad «escasa» que sólo tienen «los hombres que no juzgan» en función de los aspectos que les determinan. Escasa libertad de espíritu «Estamos encerrados en las raíces, que son glorificadas. Están envenenándonos. Todos los hombres que he citado son espíritus libres y me honro de estar en esta línea», afirmó. Quiso rendir homenaje a esa «libertad de espíritu» tan escasa en un siglo «lleno de pasiones contradictorias, de conflictos, de regresiones» que, «al no poder contar con los progresos, cuenta con los testigos».

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