Zapear

BERLANGA luchó en la División Azul. Lo dijo cargado de guasa y nostalgia junto a Luis Ciges, otro voluntario al servicio de los nazis. Mientras estos dos explicaban por qué se fueron a Rusia (uno para rehabilitar a su padre, otro como «mercenario») Fiti se enfrentaba a las cámaras diciendo «mayormente» y el histriónico portero de Aquí no hay quién viva se peleaba con su padre. En TVE-1 había fútbol. El zapeo es sano, y más sano es perder un par de minutos si uno se topa, tras una jornada larga, con Documentos TV. El de ayer podría haber sido un durísimo reportaje de testimo nios, con imágenes espantosas de guerra y destrucción. De esos que no hay cuerpo que resista. Podría, pero no lo fue. Fue una recreación preciosa de juventud llena de ilusión, de gentes que se fueron a luchar a guerras que no eran las suyas y que, tras sobrevivir, contaban su experiencia con la dignidad de quien ha hecho lo que debía aun sabiendo que lo vivido no compensó el esfuerzo. Fueron testimonios duros, encorajinados, dulces... todos dolorosos. Las imágenes, en blanco y negro, recreaban la atmósfera de los años cuarenta, sin excesos de dolor ni sangre. Los vecinos de Antena 3 querían pintar una fachada con arneses y en Crónicas se descubría que Kiko tiene en el baño de su casa toallas robadas de los hoteles. Y mientras, sonaba Lili Marleen.