Esta noche el León Arena rugirá «ad maiorem Dylan gloriam»

Esta noche, a partir de las 21.00 horas, el León Arena enmarcará la actuación de uno de los colosos de la historia de la música, Bob Dylan. En 1910 el erudito Ramón Pérez de Ayala titularía una de sus obras Ad maiorem dei gloriam (para mayor gloria de Dios) que versaba sobre el inconformismo del autor con la manipulación de la conciencia individual, el refreno del ritmo social y la educación del momento. Parafraseando al privilegiado escritor se encauza la gloria hacia el compositor de Minnesota, otro adelantado a su tiempo, un mito viviente que con sus letras descarnadas y punzantes moldearía la generación de los sesenta y setenta cual martillo sobre yunque. Si uno trata de describir a Rober Zimmerman (nombre natural de Bob Dylan) encontraría al menos dos versiones. La primera de ellas haría hincapié en su figura extravagante, de semblante serio perenne y salud caduca, poco dado a concesiones periodísticas y gran amigo de la carretera y el dinero. La otra versión de este icono de mitad de siglo se centraría en su guitarra, en su forma particular de entender las letras y la música, en el idilio que mantuvo ( y mantiene) con las más profundas esencias del folk, el adelanto que supuso a su tiempo, la magnitud de su obra, que a día de hoy trasciende fronteras y generaciones, y de su orfebre habilidad compositora. Ambos son Rober Zimmerman y juntos dan vida al Bob Dylan que actúa esta noche en León. A la hora de elaborar un guión de su vida, caben todos los matices, siendo pilar fundamental y de obligado conocimiento los siguientes. Tuvo un contacto precoz con la guitarra y la armónica y su admiración por Woody Guthrie, su ídolo de infancia, unida a la intención de «ser alguien» en el mundo del folk le arrancaron de su hogar para recalar en la soberana New York. Local tras local fue construyendo un nombre a base de pundonor y esfuerzo para finalmente alcanzar el status de figura mundial. Una vez que el folk ya no colmaba sus aspiraciones optó por introducirse en el mundo de la guitarra eléctrica, razón para que algunos le tildaran de «Judas» y el resto alabara el cambio. Sin olvidarse de sus orígenes tejió todo tipo de acordes en la consecución de lo que hoy en día supera la categoría de canción para encaramarse varios lugares más en el diccionario hasta llegar al concepto de himno. Los compuestos anfetamínicos no tenían secretos para Dylan durante su etapa más vertiginosa, las excentricidades estaban a la orden del día. Llegaría entonces el accidente de moto y el cambio de rumbo. Esto no es más que una mera introducción biográfica de un músico que a sus más de sesenta años no ceja en su particular empeño por mantener el romance que le une desde hace años a los escenarios. Toda una vida a la guitarra Freewheelin¿Bob Dylan (1963) confirma la llegada de un fenómeno fuera de lo corriente. Blowin¿in the wind , A hard rain¿s a-gonna fall , Masters of war y Don¿t think twice, it¿s all right corroboran el progreso de un Dylan de tan sólo 22 años. Dos años más tarde publica el Highway 61 Revisited , el álbum de la archiconocida Like a rolling stone. Blonde on Blonde , obra maestra del año sesenta y seis representa, además del primer disco doble de la historia de la música, uno de los clásicos contemporáneos. Estos son tan sólo unos pocos ejemplos de su dilata producción discográfica, inmensa en contenido y calidad. Tanto el folk como el blues, el rock y el country, son esculpidos por el cincel de Dylan, prestando además su letra y su ácida manera de entender la vida a una sola consigna, la buena música. Todos aquellos que acudan al coliseo leonés esta noche, saciarán sus oídos con las melodías del controvertido genio en un concierto que podría ser catalogado como el mejor de la historia de la ciudad. Añadir también a los que tengan intención de acudir que no se permite la entrada al recinto con cámaras fotográficas ni de video. La ciudad dispondrá sus mejores galas para recibir al Charles Chaplin de la música popular por todo lo alto, para el músico cita previa a su compromiso con el Xacobeo 2004.