La guitarra de Carlos Paredes enmudece para siempre El patrimonio documental de España, mejor que el de otros países

Carlos Paredes, considerado el mayor virtuoso portugués de la guitarra, murió ayer de madrugada con «la tranquilidad de quien sabe que ha cumplido su misión», dijo su compañera sentimental, Luisa Amaro, y su país llora ya la pérdida. Una dolencia renal de tipo degenerativo, que le mantuvo postrado en cama los últimos 11 años, fue causa del fallecimiento de Carlos Paredes a los 79 años, un artista al que muchos colocan al nivel de Amalia Rodrigues, la desaparecida «reina del fado», y un mito de la cultura portuguesa. . Padre de seis hijos, luchador por la libertad que estuvo presos dos años de la policía política del salazarismo, hace 10 años que no producía obras musicales, pero con su música ayudó a toda una generación de nuevos intérpretes del instrumento del que era un virtuoso. Hijo y nieto de los guitarristas Artur y Gonsalo Paredes, Carlos nació en Coimbra el 16 de febrero de 1925, y consagró su vida al instrumento en el que llegó a ser el «número uno», que comenzó a aprender a tocar con su padre, aunque la madre prefería que hubiese sido concertista de piano. Con nueve años se mudó a Lisboa, en 1934; en 1957 grabó su primer disco, titulado simplemente Carlos Paredes , y hasta 1990 compaginó su andadura musical con el trabajo como administrativo en un hospital de la capital lusa. En 1960, su música sirvió para la banda sonora del filme Rendas de metais preciosos , de Candido da Costa Pinto, y más tarde lo sería para Verdes años , de Paulo Rocha (1962), Fado corrido , de Jorge Brum do Canto (1964) y As pinturas do meu irmao Júlio (1965). En 1967 publicó Guitarra Portuguesa , su primer álbum, acompañado a la guitarra española, que en Portugal denominan «viola», por Fernando Alvim, quien compartió actuaciones con él un cuarto de siglo. Tras la Revolución de los Claveles (1974), Paredes, comprometido con la naciente democracia, llevó el sonido de su guitarra por todo Portugal y al año siguiente publicó E preciso um país , en el que Manuel Alegre leía versos. La compañera, Luisa Amaro, dijo a las pocas horas del deceso que «Portugal tuvo en Carlos Paredes la genialidad, la sensibilidad, el poder de composición, una bellísima técnica e interpretación. Cumplió con todos sus deberes en su paso por el mundo, era un hombre muy bueno y sencillo». Carmen Sierra, jefa de la Sección del Centro de Información Documental de Archivos del Ministerio de Cultura, afirmó ayer que el patrimonio documental de España «es muy rico» y «no ha sufrido pérdidas irreparables», como ha ocurrido en Italia, apuntó. Así lo explicó ayer en Laredo esta experta, quien intervino junto a la archivera Mª Carmen Soria en la última sesión del curso de verano de la Universidad de Cantabria sobre Administración y documentos electrónicos. Esta responsable del Centro de Información Documental de Archivos (CIDA) destacó el «talante innovador» del Ministerio de Cultura y recordó que este ente fue la primera administración que aplicó técnicas informáticas para ofrecer información en una época, finales de los 70, en la que «el catálogo era el medio más utilizado». La información, según Carmen Sierra, es «vital» y la sociedad continuamente «la exige», como muestra el hecho de que más de 200.000 personas accedieran a la página web del Ministerio de Cultura durante el pasado año para realizar cerca de 400.000 consultas sobre alrededor de dos millones de documentos históricos. En cuanto a la selección de documentos, la jefa de la Sección del CIDA resaltó que «el tiempo muestra la importancia de cada documento», por lo que aseguró que «no se puede rechazar nada».