Multitudinaria acogida a los «Carmina Burana» en la Catedral

Gente, gente y gente. Una interminable fila de personas que desde la puerta de acceso al claustro de la Catedral leonesa cruzaba toda la plaza de Regla y se perdía por la calle Ancha. Los leoneses no quisieron perderse anoche el concierto de la Ópera Internacional Concerlírica con su interpretación de los mundialmente conocidos Carmina Burana , de Carl Orff, y acudieron en masa al primer templo leonés. Las dificultades ocasionadas por la avalancha de personas no tardaron en hacer su aparición: se acabaron rápidamente los programas de mano así como las plazas libres en el espacio del claustro. Por ello, muchos de los asistentes se vieron obligados a ver el espectáculo de pie entre las sillas o en el entorno de las arquerías, con el consiguiente revuelo inicial. Al final, más de mil personas quedaron congregadas en la seo y pudieron disfrutar de la ejecución musical limpia y vibrante que les ofreció la Ópera Internacional Concerlírica. En los primeros compases del concierto, no obstante, cundió el asombro por parte de los espectadores ante la oscuridad en la que se vio sumido el escenario: transcurridos unos minutos, la luz volvió a hacerse. Los Carmina Burana son un oratorio que amalgama la poesía profana medieval del siglo XIII con sonidos intensos creados ex profeso para la gran orquesta y el coro, estructurada con ritmos muy enérgicos, tal y como pudo comprobarse ayer en el claustro catedralicio. El estreno mundial de esta obra, una de las más conocidas a todos los niveles por su inclusión en abundantes bandas sonoras y su interpretación en miles de conciertos, tuvo lugar en la ciudad de Frankfurt en el año 1937. Sus temas principales son los amoroso y las sátiras contra la Iglesia.