175 euros

ES LA TASA que 23 millones de británicos pagan cada año al Estado por tener una tele en casa (en las inspecciones realizadas en 2003, se detectó que el 13% no pagaban...). Lo recogía el diario portugués Público a propósito de un estudio de la BBC, según el cual los británicos consideran a la cadena en declive. Consideran que repiten programas «sin interés», que copian a la competencia, y que hay demasiados reality shows y concursos clónicos con los emitidos en las privadas. Total, que los dirigentes de la BBC se tomaron las opiniones en serio y ya están en la labor. Por lo visto, la tele pública vive tiempos convulsos. Hace meses, Blair echaba pestes contra la BBC, y el inefable Berlusconi insistía en postrar ante su presidencia a la histórica RAI. En España, la llegada de ZP puso en la picota a TVE para entregársela más a lo ciudadanos. Revuelto anda el patio, aunque en el fondo, hay una sideral crisis de ideas. Aquí no pagamos tasa pero la infraestructura que permite emitir a los canales es del Estado, pagada con nuestros impuestos. Pero nos corresponden con morralla (salvo obligadas excepciones). Lo de este verano es alucinante, aunque todavía es peor lo que anuncian para la próxima temporada: iguales formatos con diferentes caras. Y la audiencia claudica. No como los britanicos.