Llamas

NO HAY VERANO sin llamas... Los incendios marcan la actualidad de cada verano como una especie de plaga bíblica, y los informativos, que son lo más fresco de estas semanas por aquello de estar con la actualidad, se afanan en mostrar secuencias dantescas con el fuego arrasando a su paso. Aquí y en Portugal. Llega un momento en que las imágenes pierden frescura y se tornan cansinas, provocan hartazgo. Arboleda convertida en cenizas, operarios intentando controlar la situación, aviones y helicópteros vaciando agua, coches de bomberos y mangueras. También gentes desesperadas por la combustión que amenaza sus bienes. Sin embargo falta pedagogia. Cierto que la sensibilización por el medio ambiente es cada vez mayor, pero las cifras no engañan y se sabe que la gran mayoría de esos fuegos son provocados. Un informativo advertía del casi medio centenar de pirómanos ya detenidos, e incluso sacaron a uno comentando sus razones. Quizá convendría crear más conciencia preventiva porque la reiteración de llamas por televisión acaba evolucionando de drama a espectáculo. Hace ya muchos años se popularizó aquel eslogan "Cuando el monte se quema, algo suyo se quema" ("señor conde", añadía el ingenio popular). Su simpleza era evidente, pero al final entra esa duda, discutible, de acuerdo, de si tanta llama por la tele no incitará al fuego.