El Encuentro de Música Leonesa atrae a 50 gaiteros y tamboriteros

Cada vez más músicos y cada vez más gente mirando, disfrutando y aprendiendo (¡y bailando!). Así se podría resumir la filosofía del Encuentro de Música Tradicional Leonesa, un acto que se viene desarrollando en Astorga desde hace ya siete años y al que en cada edición acuden más público y más intérpretes. Este año, además, la gran fiesta de la música tradicional del Viejo Reino se enmarca dentro del ciclo cultural Astúrica Augusta y la Tierra de los Ástures , que ha llenado la capital maragata de conferencias y actividades sobre el patrimonio y la identidad del pueblo leonés. Si bien otros años el concierto tenía lugar en el Parque de la Sinagoga, en esta ocasión los organizadores (la asociación La Caleya) han optado por la plaza Mayor astorgana, emplazamiento más céntrico y por tanto más proclive a atraer un mayor número de gente. Las actuaciones darán comienzo, tanto hoy como mañana, a las 19.00 horas: esta tarde está previsto que intrepreten sus temas los solistas, y mañana, los grupos. En cuanto a la procedencia de los músicos, éstos provienen sobre todo de ambas vertientes de los Montes de León; especialmente de las comarcas de Maragatos y El Bierzo, pero también del Órbigo, la Montaña, la Valduerna, la Cabrera y la propia capital leonesa: esta procedencia parcial se entiende por cuanto que el Encuentro se centra sobre todo en la difusión y potenciación del que fuera el gran instrumento de la región leonesa, hoy arrinconado y disminuido: la chifla y el tamborín, y también de la gaita de fole: divulgar los repertorios cis-astures, propios y no foráneos, de estos dos instrumentos emblemáticos, forma parte también de los objetivos. Divertir, reivindicar Uno de los atractivos del macroconcierto es, por un lado, la posibilidad de ver en directo a los grandes de la música tradicional en León: solistas que han animado con su chifla de tres agujeros o con su gaita fiestas y romerías a lo largo de años y años, pero, por otro lado, también tienen su lugar hoy y mañana la gente joven a la que preocupa y mucho el futuro de la música autóctona de esta tierra: ellos, también solistas o bien en grupos, constituyen una esperanza para este aspecto importantísimo del maltrecho patrimonio cultural, etnográfico e identitario de León. Pero, por otra parte, a nadie se le escapa que el evento constituye una seria llamada de atención a las instituciones para que apoyen decididamente el aprendizaje, la difusión y la potenciación de la música leonesa, y no quede ésta por entero en manos de la paciencia y el esfuerzo desinteresado de asociaciones y particulares.