«Mi pintura sintetiza las grandes ideas cervantinas»

El pintor José Manuel Chamorro nació en el pueblo leonés de Villademor de la Vega en 1941 y tiene tras de sí una larga trayectoria artística. A través de su depurada técnica es capaz de representar la naturaleza en toda su belleza. Pero es también pintor de emociones, de paisajes interiores, de personajes. Quizá su faceta más conocida sea la de grabador. -¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo del arte? -Mi interés por la pintura es un misterio que se pierde en el tiempo de la infancia. Desde niño hasta hoy me he sentido obligado a dar salida a mis ideas por medio de un lápiz o un pincel. -¿Se considera un especialista en el grabado? -Dentro de la plástica, el grabado es un arte que abre ante el artista tremendas perspectivas. Personalmente tengo el problema de que a veces me plantea un serio conflicto con la pintura. Son dos lenguajes completamente distintos que requieren muchísima dedicación y en ocasiones me veo en la penosa disyuntiva de tener que abandonar uno para dedicarme plenamente al otro. -El Quijote es para usted una especie de obsesión¿ -La figura del Quijote, literariamente, es hermosísima, es un completo análisis psicológico, una descripción muy intensa, muy fuerte, de la realidad interior del hombre que siempre me ha resultado muy sugerente. Cada vez que leo el libro de Cervantes mi mente se llena de imágenes¿ Lo he hecho muchas veces pero no creo que ésto merezca el calificativo de obsesión. -¿Qué motivo le impulsa a emplear el claroscuro en sus interpretaciones del Quijote? -Dentro de que Cervantes es tremendamente realista escribiendo, de su prosa trasciende un importante y complejo entendimiento de las dimensiones humanas. Yo al sintetizar, al reducir las grandes ideas cervantinas, creo que lo más descriptivo son esas grandes masas de negro enfrentadas con la limpieza de los blancos, planteando de alguna manera ese interrogante dramático que Cervantes patentiza en el libro. -¿Influyen las calidades del paisaje leonés en sus cuadros? -Yo creo que sí, al final acaba apareciendo esa sensibilidad que proporciona el recuerdo de la luz de León, de los paisajes¿ a la hora de pintar recuerdo siempre mis estancias en Villademor, y de allí proceden seguramente los ocres tierra, las transparencias acuáticas, las llanuras interminable que pueden verse en mis cuadros y prevalecen en ellos como un signo constante de mi obra. Resumiendo es la recreación de la horizontal de la tierra enfrentada a la vertical del chopo. -Emplea usted las más variadas técnicas y conserva una amplia temática, por ello es difícil enmarcar sus trabajos en un estilo determinado¿ -Mi forma de pintar es una búsqueda constante, es un camino por el cual uno transita y cuyo final cada vez está más lejos. En ocasiones uno se siente fatigado, otras veces pierde el norte y tiene que volver atrás para buscarlo. Mi pintura es un viaje de vivencias que yo no me atrevo a encuadrar en un estilo concreto, creo que no debo ponerle barreras. -¿Cómo fue su trabajo creativo en Correos? -Trabajé en la sección donde se realizaban los matasellos especiales, esos que conmemoran alguna efeméride importante, la mayoría de las veces la publicación de un nuevo sello. Los aficionados a la filatelia los esperan siempre con gran interés. Ya hace tiempo que dejé esta actividad, pero recuerdo con cariño los que realizamos con motivo de los Mundiales de Fútbol que se disputaron en España en 1982. -¿Le gustaría volver a exponer en su tierra, en León? -Acabo de hacer una exposición en La Coruña en la que presenté grabados y acuarelas, la anterior fue en la galería Orfila de Madrid, pero mis obras están constantemente de viaje pues participo en muchas muestras colectivas. Sí, tengo ilusión por volver a León con mi obra, han pasado quince años desde que expuse en la Biblioteca Pública y tengo ganas de experimentar el reencuentro con esta tierra que en buena parte está integrada en todo lo que hago.