Diario de León

Las cenizas del político serán introducidas en la cripta por su nieta en una ceremonia laica

El panteón de los ilustres se abre el día 10 para acoger a Gordón Ordás

El veterinario será el primer morador de este mausoleo, adquirido en 1932 por el Ayuntamiento

Gordón Ordás junto a su secretaria en París

Gordón Ordás junto a su secretaria en París

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Cristina Fanjul - león
León

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El panteón de los hombres ilustres se abrirá por primera vez el próximo diez de septiembre con el fin de acoger los restos mortales del que fuera presidente del Gobierno de la República en el exilio, Félix Gordón Ordás. La nieta del insigne leonés, Consuelo Cano Gordón, será la encargada de depositar las cenizas de su abuelo en este lugar, que en un primer momento se ideó para servir de panteón a la familia Merino (condes de Sagasta). Fue con posterioridad -en 1932- cuando el Ayuntamiento -ya en plena República-lo adquiere para dedicarlo a servir de destino final a los prohombres de la ciudad. La guerra y la dictadura pusieron el candado a este lugar del camposanto y el olvido lo fue volviendo gris hasta su casi desaparición. El Ayuntamiento, la Fundación Vela Zanetti y la Diputación -propietaria del panteón- han sido los organismos que han conseguido llevar a buen puerto la última voluntad de Gordón Ordás. La ceremonia tendrá carácter laico por expreso deseo de la familia y consistirá simplemente en la entrega de las cenizas del presidente a la nieta de éste por parte del alcalde. Se tratará además de un acto solemne debido al carácter de autoridad del finado. Hasta ese momento, los restos del político republicano serán custodiados por la Fundación Vela Zanetti, la misma que puso en marcha todo el proceso para recuperar la memoria del veterinario de Puerta Moneda. «Fue un cúmulo de casualidades que llevaron a descubrir la correspondencia entre el pintor y Gordón Ordás, su relación epistolar y su desencuentro», recuerda el secretario de la Fundación, Eduardo Aguirre. Fue entonces cuando comenzaron los contactos para conseguir que el político -que no llegó a vivir la guerra puesto que ésta le pilló como embajador de la República- cumpliera con uno de sus deseos. Porque Gordón Ordás quería llegar a España cuando ésta viviera con normalidad la democracia por la que él había luchado. La lealtad con la libertad le llevó a tener que esperar más de treinta años para recuperar el lugar que le habría correspondido mucho antes de su muerte, en 1973. «Ya estamos contigo, ya no nos dueles León» FÉLIX GORDÓN ORDÁS Ex Presidente del Gobierno de la República en el exilio y embajador en Cuba y México hasta la Guerra Civil

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