Los depósitos de agua de la carretera de Asturias albergan la obra de Armesto

El artista gaditano, residente en León desde hace varios años, Salvador Armesto está a punto de concluir la realización de uno de sus proyectos más espectaculares. Muy pronto quedará rematada la obra El Bosque de la Noche , plasmada en las estructuras de los dos grandes depósitos de agua que están situados en la culminación de los Altos de la Nevera, al paso de la carretera de Asturias, aunque pueden verse también desde la de Carvajal y al circular por el tramo de calzada que une ambas vías. El espectacular proyecto, que pintará de azul y blanco los grandes cilindros de hormigón, ha sufrido algunos cambios. «Hemos tenido que cambiar -comenta Armesto- el destino de una parte de la cerca de la finca en la están situados los depósitos. Resulta que desde hace ya bastante tiempo es uno de los lugares escogidos por los espontáneos magos del spray, por los grafiteros, para crear algunos de sus murales. Por ello vamos a dejar dos de los laterales de esta cerca en blanco, para que tengan la oportunidad de seguir creando sus obras, con la sana intención de que ellos respeten las otras partes. Esperamos y deseamos que exista la concordia entre artistas, pues reconocemos la importancia y el testimonio de una época que suponen sus creaciones». Con los flamantes depósitos recién pintados los creadores se enfrentan a otro inconveniente, «las vallas publicitarias que ocupan algunas partes del lugar -explica Armesto- impiden tener la visión del conjunto desde varias perspectivas. Estamos haciendo las gestiones necesarias para intentar conseguir su desaparición. Es posible que algunas ni siquiera sean legales según las normas establecidas para las cercanías de las carreteras. No hay duda de que entorpecen de forma importante la visión del Bosque de la Noche y habrá que conseguir resolver el problema». Esta intervención en los antiguos depósitos de agua supone la recuperación de un espacio urbano profundamente deteriorado desde una perspectiva estética. Y también la creación de un diálogo armonizador entre el soporte deshumanizado y constructivo y el elemento pictórico aplicado a su superficie exterior, que representa la naturaleza vital en sus ciclos del día y la noche, así como un acercamiento a la naturaleza a través del árbol que se incorpora de manera esquemática a la acción pictórica. Arte y espacio Según explica el crítico de arte Luis García Martínez, «Este proyecto plantea un reto muy importante, al suponer el primer paso para la intervención artística en grandes espacios y estructuras de la ciudad. Sin duda será una aportación significativa para la integración de las artes el espacio urbano como un elemento consustancial a la propia identidad ciudadana». Aunque los trabajos ya están en sus últimas etapas, habrá que esperar aún algún tiempo para ver la obra completa y solucionados los pequeños problemas que entorpecen su realización.