Los primeros siglos del cristianismo
El paleocristiano es un periodo apasionante en la historia. Apasionante porque queda un mundo por descubrir y por interpretar. También por excavar. Existen entre los estudiosos muchos desacuerdos, incluso para delimitar las diversas épocas, lo cual hace de la aproximación a aquellos remotos tiempos artísticos una experiencia interesante y enriquecedora. Parece claro que el término paleocristiano debe encuadrarse entre los primeros tiempos del recién nacido cristianismo, antes incluso de la llegada cristiana a Roma, hasta la caída y decadencia del Imperio con el advenimiento de los visigodos y otros pueblos de la Europa central y nórdica. Mas en esos casi quinientos años el arte cristiano sufrió muchos cambios y una evolución mediatizada por la historia. Desde Nerón hasta Diocleciano (época en la que pudo construirse Marialba) los cristianos tuvieron algunos momentos de tolerancia, sobre todo bajo los Antoninos y los Severos, que les permitieron salir esporádicamente a la luz. De los «tituli» o los «domus ecclesiae» se pasó a la construcción de basílicas, debido, seguramente, a que las reuniones entre cristianos cada vez eran más multitudinarias. Estas primitivas basílicas del siglo III permanecen desconocidas para nosotros, pues Diocleciano, por medio del Edicto de Nicomedia (24 de febrero del 303), acometió la destrucción de todos los templos cristianos, basílicas y martiryum desaparecieron.