León protagoniza el otoño gato

León protagonizará el otoño cultural de Madrid. A partir del lunes comenzarán a aparecer en los centros de exposiciones de la capital una serie de muestras artísticas que tienen como denominador común el adjetivo leonés. Pero, sin duda, la más esperada es la que recorrerá la trayectoria vital y profesional de uno de los leoneses más vitales del siglo XX. El Centro Cultural de la Villa abre el miércoles la retrospectiva sobre el eterno «dilettante», Luis Sáenz de la Calzada. La exposición marcará el redescubrimiento de este humanista polifacético, que se dedicó a la pintura, al teatro, al ensayo y a la medicina, y siempre con la sabiduría de quien hace algo grande como si no hiciera nada. «Gloria sin fama...». Una sala de dos mil metros cuadrados acogerá los ochenta cuadros y las fotografías y documentos del artista: La etapa metafísica y la subrrealista, los dibujos, la crítica a la condición humana con sus cuadros sobre Vietnam, su visión del mundo animal, los arlequines, las composiciones de girones humanos; en fin, toda una colección en la que el hombre aparece diseccionado en cada una de sus facetas. Pero la muestra nos acerca también a las imágenes de su vida: a su descubrimiento de la Residencia, de su amistad con Lorca y su experiencia en La Barraca, de su correspondencia con Luis Escobar -director del Teatro Nacional-cuando decidió continuar con su oficio de actor. Su faceta humana se nos hace más visible mediante las entrevistas que concedió a numerosos medios de comunicación durante su vida y mediante las fotografías que nos transmiten su pasión por la vida. No estará solo. Las palabras de Bonet, de Luis Mateo Díez, de Antonio Gamoneda o de Andrés Amorós pondrán la voz de este recorrido a través de la dilatada obra de quien fue uno de los más queridos compañeros de Lorca. Fue un dandy de la vida y de la cultura, un epicureo en el goce de la sabiduría y un artista del estoicismo en el disfrute de lo material. Nada le fue ajeno, y entendió de manera sobresaliente el trauma vital del hombre. Nadie mejor que él, que tuvo que sufrir la guerra, el desprecio y la distancia de su hermano, él también, ignorado, perdida la memoria de su genio creador a la sombra del reconocimiento.