Sardá, rozna

UNO SE pasa varios pueblos cuando sus gracias tienen maldita la gracia o cuando se usa el humor con la lucidez de un opaco. Sardá optó por sacar a Latre haciendo de Fraga en sus Crónicas Marcianas (Tele 5), la noche del martes. Naturalmente, el político de Villalba como hombre público que es no puede estar al margen de humoristas, imitadores o caricaturistas. Una norma obviamente compatible con el buen gusto, también compatible con la crítica más mordaz o afilada. Latre, en una aceptable caracterización (en eso es número uno) de rostro y voz, se empleó en una parodia lindante con la ofensa y con la entusiasta colaboración de Sardá y el inefable Boris. Exagerar en Fraga su andar con unas anchas piernas supletorias, podría tener gracia si no afectara también a quienes para su desgracia padecen lo mismo. Sacarlo de viejo maestro colocando orejas de burro, tampoco hacía favor alguno al honorable gremio docente. Y encima, el «culto» Sardá se olvida de Lugo como provincia «con mar» (hasta Boris, que conoce Galicia, calló). Ya puestos, sale una señorita con traje típico (de postal para turistas) a ritmo de gaita, y resulta ser una stripper que acaba sin trapos ni trapitos... Andamos bien de humor en esta Breogania, pero la chanza fue de supino mal gusto hacia los gallegos, guste Fraga o no guste, se le vote o se le vete. De propina el recochineo del acento «galleeego» de Sardá. Una gran roznada.