La Tate Gallery convierte la voz en una pieza escultórica
El norteamericano Bruce Nauman ha llenado con la voz humana el gigantesco espacio de la Sala de Turbinas de la Tate Modern. A la fascinación visual de la última instalación, el Weather Project, del danés Oliafur Eliasson, consistente en un gigantesco sol que llenaba la sala de una extraña luz difusa y ante el que los visitantes se tumbaban en el suelo para ver la imagen reflejada en el espejo del altísimo techo, sigue ahora otra puramente acústica. Titulada Raw Materials, el montaje de Nauman utiliza 21 bandas sonoras ejecutadas en el transcurso de los últimos treinta años y actualmente en distintos museos y colecciones, que el artista ha combinado a modo de un collage de voces. El sonido funciona como invisible material escultórico de forma que el visitante puede explorar su relación con el espacio vacío de un edificio que en su origen tuvo una utilización industrial antes de su transformación.