| Crítica | Pintura |
«En la pintura, como en la vida, lo difícil es el equilibrio»
El artista Nadir expone por primera vez en León sus obras en la galería Sardón, tras quince años de espera y al tiempo que sus cuadros se muestran en el Barco de Valdeorras
Nadir es un joven pintor leonés que a pesar de tener a sus espaldas una larga trayectoria, 15 años de exposiciones, aún no había realizado ninguna muestra individual en la ciudad en la que vive. Nadir ha cumplido uno de sus sueños, una de sus ambiciones, ha logrado presentar su pintura en la capital leonesa, concretamente en la galería de arte Sardón, dándose la circunstancia de que paralelamente en el tiempo tiene lugar una exposición retrospectiva de este artista en la sala de Caixa Nova, en el Barco de Valdeorras. Nadir asegura sentirse fascinado por esta posibilidad de mostrar su trabajo. «Estoy muy contento- asegura- quiero que los espectadores sean los críticos de mis cuadros. Creo que mi pintura tiene mucho de novedoso, aunque hay muchos antecedentes de pintores que trabajan en una línea parecida, pero yo intento aportar muchas cosas nuevas». El resultado de sus pinturas es inquietante, el artista fuerza la composición hasta convertirla en un equilibro casi imposible, que al final siempre depende del leve vuelo de un colibrí. «Es el toque existencialista, intento trasmitir que ese equilibrio casi imposible es el que marca la vida de todos. Continuamente estamos en el filo de navaja y en muchas ocasiones nuestra estabilidad depende de fuerzas aún más leves que el aleteo de un pequeño pájaro. Pienso que en la pintura como en la vida lo más difícil es el equilibrio. Creo que hago una pintura bastante espiritual». Sobre sus colibríes dice que representan «la belleza y son los puntos maestros donde se sustenta la composición de casi todas mis obras». El pintor intenta enfrentarse a varios retos en cada uno de sus cuadros, es capaz de representar con una fidelidad no exenta de belleza la transparencia de un plato de duralex verde cubierto por espuma de detergente, la transparencia milagrosa de una tela de seda, las textura aterciopelada de las flores, la espuma del mar producida por las olas que rompen en la arena¿ intenta capturar el movimiento y reinventar los colores. «Pretendo buscar la espiritualidad a través de una prolija serie de elementos. A través del hiperrealismo y el empleo de objetos desubicados de su hábitat, se establece un diálogo que tiene que ver con lo subjetivo y que me sirve para transmitir mi mensaje». Puede calificarse de sorprende la exposición de Nadir en la galería Sardón, en la que se exponen óleos sobre lienzo y acuarelas pintadas sobre papel de algodón y donde el artista demuestra tener un impresionante oficio y muchas de seguir cuadro a cuadro aquel dictado circense de «más difícil todavía».