El libro «Valdemagaz» recoge los Versos a Oliegos del 2004
Si todas las comarcas leonesas afectadas por la construcción de pantanos (lamentablemente, tantas) se volcaran de forma tan intensa como la Cepeda en el recuerdo y homenaje a sus pueblos desaparecidos, los habitantes de esta tierra saldarían -por lo menos, de manera simbólica y sentimental- la cuenta triste e irreparable que aún mantienen con los cientos de personas desplazadas de sus hogares montañeses y con todo aquello que desapareció con su injusta marcha: construcciones populares, hablas, costumbres, sonidos, paisajes, trajes, hábitos, recuerdos; en fin, tantos rostros, gestos y palabras, acervo cultural, ecológico, social e identitario, perdidos para siempre. La Cepeda se vio despojada de una sola aldea bajo las aguas del pantano de Villameca, por nombre Oliegos, y el carácter imaginativo y ensoñador de sus habitantes y descendientes se ha venido empleando a fondo durante varios años en un homenaje literario titulado Versos a Oliegos , y que en su última edición se celebró en Magaz de Cepeda. Precisamente, Valdemagaz es el título del libro que recoge las intervenciones de este año: en él pueden encontrarse textos de treinta autores que evocan, con su voz y su palabra sentida, el alma de Oliegos, ahora sólo en el recuerdo. Luis Miguel Alonso, Tomás Álvarez, Rogelio Blanco, Gumersindo García, Xuasús González, Ricardo Magaz, Eugenio de Nora, Marifé Santiago o Santiago Somoza son los nombres de algunos de los autores, la mayoría fuertemente vinculados con esta comarca rural. Aportaciones hay para todos los gustos, pero quizá parte del espíritu de deuda, rememoración y leonesa murria que inspira el libro puede resumirse en las palabras del escritor José María González Cabezas, autor en la variante cepedada de la lengua leonesa: «Va más de mediu sieglu, casi una vida,/ que l'augua dixera adiós a Oliegos./ Vive, por embargu, nas nuesas mentes,/ na meyor de las primaveras».