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Veinte años de Arte Lancia en León

La esposa y la hija de Lapayese del Río asistieron a la inauguración de la exposición conmemorativa

Mari Pepa con la viuda de Lapayese del Río

Mari Pepa con la viuda de Lapayese del Río

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Con una exposición del desaparecido pintor Lapayese del Río celebra la galería Arte Lancia su veinte aniversario. Una exposición en la que a través de 13 obras se hace un recorrido por lo mejor de su pintura. A la inauguración de la muestra asistieron la esposa y la hija del pintor, que de esta manera han querido contribuir a realzar el acontecimiento con el que Mari Pepa, la directora de la galería, ha conmemorado sus veinte años de dedicación al arte en esta sala de exposiciones. Manuela Luque dice que desde que se fue su marido ha pasado a llamarse Manuela de Lapayese, «Porque intento que la memoria de mi marido no se pierda. Me siento muy feliz intentando que Pepe siga ahí, me siento totalmente identificada con ese nombre». Por su parte la hija del artista, Concha Lapayese, asegura que este es un maravilloso homenaje a su padre, «que fue gran amigo de Mari Pepa. Entre ella y mi madre han hecho una estupenda selección en la que se entronca la última etapa de mi padre como pintor con su obra anterior. Desde la serie de Los Pueblos Blancos , con Pared Atada y Homenaje a un Pueblo , hasta las últimas que pertenecen al Homenaje a las Horas Pasadas . Es una especie de sugerente balance de una conversación casi detenida en el inicio del año 2000, pero que muestra al público la realidad de su pintura». Hablando de recuerdos Manuela señala que la obra de Lapayese del Río es la consecuencia «de la manera de disfrutar de la vida, de vivir en plenitud que tenía mi marido. Era un hombre que disfrutaba de todo y al que todo le valía como inspiración para crear un cuadro. La cosa más pequeñita que viera era capaz de convertirla en algo maravilloso. Era misterioso el poder que tenía para trasformar las cosas». Concha recuerda a su padre como un hombre de muchísima paz que miraba al mundo con una mirada abierta. «Creo que su mayor virtud era que tenía tiempo, a pesar de vivir en un mundo totalmente acelerado. Sabía mirar y sobre todo sabía escuchar. Yo creo que mi padre no trataba de demostrar nada con su pintura, simplemente quería sugerir. La pintura era su manera de escribir, su manera de componer música, una forma de contar el mundo que le rodeaba a través del color».

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