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El artista plasma con fidelidad las texturas y los colores de paisajes y bodegones

Juan Antonio Domínguez muestra en Bernesga la magia de la luz onubense

«Mis cuadros son retazos de mis emociones, fragmentos de toda una vida», asegura

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Juan Antonio Domínguez nació en el pueblo donde se fabrican los botos camperos que llevan la mayoría de los rocieros en su peregrinación a través de Doñana en busca de la Blanca Paloma, en Valverde de la Virgen. Domínguez es onubense y su mirada supera los objetivos de cualquier cámara fotográfica clásica o digital, es un pintor hiperrealista con una interminable lista de premios y menciones. Produce asombro ponerse ante uno de sus cuadros y admirar la perfección con la que está reproducido cada detalle de sus naturalezas muertas, como aparecen en todo su cromatismo los vidriados de los azulejos decorativos andaluces, como se percibe la atmósfera intangible en la que desarrolla la escena. El artista es capaz de transmitir en su pintura la textura exacta de cada fruta que retrata. «Bueno -explica-, yo simplemente trato de reflejar lo que veo. Mi tierra es una tierra de mucho color y mucha luz y yo estoy impregnado por esa circunstancia. Cuando se hace pintura figurativa no hay más remedio que ceñirse a lo que le rodea a uno y a mí me rodean esa luz y ese color que luego aparece en mis cuadros». Inspiración natural Pero Juan Antonio Domínguez no se limita a pintar bodegones, también sale de su estudio en busca de la naturaleza y se encuentra con ella en las playas del litoral onubense. «Todos estos son temas pintados en Doñana y en la playa de Punta Umbría, que tienen una luz muy blanca y unas arenas también muy blancas. La verdad es que son temas que están gustando mucho al público. Yo pintaba las playas de Huelva hace muchos años, después hubo una época en la que las dejé a un lado y ahora he vuelto a retomarlas con fuerza». El pintor asegura que su pintura no hace competencia a la fotografía, «Son cosas muy distintas, mis cuadros tienen mucha materia y no son el simple reflejo de una imagen que perciben los ojos, son una interpretación de la realidad, tienen algo de escenario de una representación teatral, son retazos de mis emociones, fragmentos de una vida». Con un ligero toque de surrealismo y una caligrafía impresionante, Juan Antonio Domínguez explica en sus cuadros una lección de buen hacer pictórico. Sus bodegones impresionan tanto por el logro del detalle como por la belleza de su composición, mientras que sus paisajes no sólo reflejan la luz, sino que la tienen prisionera en la superficie del lienzo. Digamos finalmente que las pinturas de Juan Antonio Domínguez se exponen en la Sala de Arte Bernesga (Roa de la Vega, 8) hasta el 13 de noviembre y que la muestra, como todas las que Domínguez ha llevado a cabo, está dedicada, según el propio artista, «a mis padres, que siempre me ayudaron y creyeron en mí, aun cuando en los comienzos todo es difícil». Horario: de 12.00 a 13.30 y de 18.00 a 21.00. Sábados de 12.00 a 14.00 y de 19.00 a 21.00.