Sergio Tomé: «La gente debería valorar su entorno y olvidar los falsos paraísos»

El artista leonés Sergio Tomé es un apasionado de la acuarela, esa técnica vital y arriesgada que exige del artista concentración, precisión y rapidez de reflejos. Y acuarelas es sobre todo lo que hoy presenta este pintor y profesor de Geografía en la sala de exposiciones del Club de Prensa del Diario de León, una muestra pictórica que permanecerá abierta hasta el próximo 19 de octubre. En la muestra podrán verse, además de acuarelas, una serie de collages realizados con materiales reciclados, de no hace más de 15 ó 20 años («me gusta más el pasado inmediato», aclara). De la acuarela en concreto, dice Tomé que, a pesar de todo, es «muy agradecida», ya que «para la gente como yo, que pintamos en ratos perdidos, la acuarela nos permite pintar en cualquier momento y casi en cualquier parte». Pero también es «arriesgada», ya que impide las correcciones, y «delicada» ante el paso del tiempo, lo cual la hace «muy sensitiva». «De todas formas, yo la prefiero sobre todas las demás por los resultados», sostiene. Como profesor que es, valora ante todo la vertiente didáctica de las actividades humanas, y también de su pintura: «Quiero que sea popular, accesible a todo el mundo. Ésa es la postura más inteligente», afirma. Pero Tomé sabe, como no podía ser de otra forma, que este tipo de pintura realista o hiperrealista está depreciada por una gran parte de la crítica, que la acusa de ser una mera «copia» de la realidad. Sergio Tomé reivindica la figuración ya que ésta siempre «interpreta» la realidad, enfocada bajo el prisma de la creatividad del artista. En concreto, este pintor es un gran enamorado de la luz («me vuelve loco -dice-, es el elemento más fascinante de la Naturaleza») y, como buen geógrafo que es, del paisaje en general. Asegura que los geógrafos «sabemos leer el paisaje, interpretarlo, en él están las claves para comprender lo que somos, las huellas de nuestra identidad». Con relativa tristeza, Tomé se da cuenta de la manera en la que León y España están destrozando actualmente no sólo su paisaje natural, sino también el cultural (la arquitectura tradicional, por ejemplo), y el urbano (con la homogeneización de todas las ciudades). «En esto Francia nos lleva muchos años de adelanto», informa. «Allí existen asociaciones muy fuertes que velan por proteger el más nimio detalle del paisaje, por ejemplo, las casas antiguas». «Aquí hemos asistido impasibles al desmantelamiento de nuestra identidad». Tomé piensa, por tanto, que en León la gente defiende lo suyo «sólo de boquilla» pero que en materia de realizaciones prácticas nadie se moviliza. «Como los griegos, yo creo que hay que salir y conocer otros lugares y otras gentes para conocerse a sí mismo, y valorar lo propio». Valorar y conocer lo propio para defenderlo, de este modo piensa un artista cuya intención es hacer que la gente reflexione sobre su propio entorno y no se deje embaucar por «falsos paraísos».