«Extremadura y Castilla y León deberían defender juntas la Vía de la Plata»

El libro de Everest La Vía de la Plata ha alcanzado ya su segunda edición con aproximadamente 7.000 ejemplares editados, ha recibido las mejores críticas en los medios especializados y, sobre todo, ha evitado rodeos, pérdidas y despistes a aquellos caminantes que, cada vez en mayor número, deciden adentrarse por los caminos del Occidente de la Península, tan decisivos para entender la cultura y la historia leonesas. Los autores de este completo volumen son los investigadores leoneses Joaquín Miguel Alonso y Juan Luis Rodríguez junto con la empresa, también cis-astur, Imagen Mas. El resultado de este auténtico trabajo en equipo (Alonso recorría el itinerario y recababa información, Rodríguez se encargaba del GPS y la cartografía e Imagen Mas de las fotografías) es con toda probabilidad la más exhaustiva guía sobre la Vía de la Plata que se haya creado hasta la fecha. Así, además de la indispensable aproximación histórica a este itinerario, el libro incluye mapas digitales con todas las etapas (y con recorridos diferenciados para caminantes y ciclistas), una completa información práctica (donde se indica dónde comer y dormir, así como el número y la situación de los albergues); detallados comentarios sobre el patrimonio artístico de cada uno de los hitos del recorrido, y una enumeración pormenorizada de los tramos de calzada romana visibles y los miliarios que pueden encontrarse en el camino (de hecho, los autores han descubierto varios de estos mojones antiguos o miliarios que no estaban catalogados). Pero, sobre todo, lo más importante para el viajero o peregrino es la cantidad de imágenes que se incluyen en el libro; muchas de los cuales ilustran lugares problemáticos o dudosos para quien transita la Vía, mostrando la dirección adecuada: los caminantes saben apreciar la importancia que tiene esta idea para poder llegar a cada final de etapa. Vía versus Ruta Joaquín Alonso, gran conocedor del trazado histórico denominado Vía de la Plata (calzada romana que va desde Mérida, antigua Emerita Augusta ; a Astorga, Asturica Augusta ), defiende este itinerario frente a lo que posteriormente se llamó «Ruta» de la Plata, el camino real, luego carretera N-630, que sigue uniendo las ciudades de Sevilla y Gijón. El hecho de que este último recorrido discurra por ciudades con mayor potencial económico que los municipios de la Vía, hace que estas ciudades copen unas ayudas para su difusión que realmente deberían ir a los pequeños municipios atravesados por la vieja calzada romana, la misma que aún puede verse en zonas de dehesa de Extremadura y Salamanca. Es por ello que este autor piensa que las comunidades de «Extremadura y Castilla y León deberían unirse para defender la Vía». En la actualidad, existe una asociación (que preside el alcalde de Astorga) de defensa de la Vía, y un Consorcio de Ciudades de la Ruta.