Reclaman nuevamente que la Junta asuma las competencias y la titulación se pueda homologar
Alumnos del Conservatorio harán una protesta sonora en Valladolid
Creen que el centro superior de Salamanca es insuficiente para toda la comunidad
El Conservatorio de León continúa desafinando. Pese a los reiterados informes sobre «irregularidades», detectadas tanto por el Procurador del Común como por la Inspección de Educación, los alumnos no han logrado ser escuchados. El viernes, a partir de las cinco y media de la tarde, harán una protesta sonora. Irán a Valladolid con sus intrumentos y darán una «serenata» ante la Consejería de Educación. Las quejas del Conservatorio, que continúa bajo la tutela de la Diputación, son ya «endémicas». Entre las reivindicaciones que llevarán al Monasterio de Prado -sede de la consejería-, figura la petición de que la Junta se haga cargo del centro de León. Tal y como expresan en la web del conservatorio de León los alumnos y padres, las plazas ofertadas por el Conservatorio Superior de Salamanca «es insuficiente para atender la demanda musical de la comunidad». Por ello, reclaman más centros en otras ciudades. El curso pasado había 14 alumnos de grado superior en Valladolid y 13 en León y otros 13 en Salamanca. Los alumnos leoneses consideran discriminatorio que el coste medio de la enseñanza musical a lo largo de diez años, hasta obtener el título de Grado Medio, supone hasta cinco veces más de lo que cuestan los estudios en centros dependientes de la Junta. La concentración del viernes, a la que también están convocados alumnos de otros centros de la comunidad, pretende denunciar el «caos» que impera en los estudios musicales. «El proceso de acceso al grado superior está mal regulado, es injusto y discriminatorio frente al de acceso a la Universidad», afirman en el texto colgado en Internet. En su opinión, debería haber una prueba única de acceso al grado superior y que ningún alumno aprobado se quedara sin plaza. Asimismo, consideran que el título de grado medio tiene un «mero varlor de certificado administrativo o carente de atribuciones». Los manifestantes exigirán en Valladolid la mejora de la enseñanza; y, en concreto, «la evaluación del profesorado», tal y como ocurre en la Universidad. El objetivo es acabar con las «arbitrariedades», especialmente en los procesos de acceso y en los traslados. Denuncian la total indefensión del alumno, los «excesos» de algunos profesores, las «carencias» pedagógicas y la «desmotivación» del profesorado. Consideran necesaria la creación de una comisión de garantías o la figura del Defensor del Alumno.