Óscar y Dani

SON DOS lesionados cerebrales en diferente grado, los protagonistas del reportaje Óscar y Dani emitido por Línea 900 , el espacio de producción propia que La 2 da antes del prime time dominical y que por desgracia apenas encuentra hueco en los saturados medios impresos del día, más volcados en reseñar los contenidos nocturnos al ser los más seguidos por la audiencia. Una pena, porque es un formato que vale la pena, poco menos de treinta sustanciosos minutos que nunca decepcionan porque suelen afrontar temas de interés incuestionable. A priori, seguir con las cámaras a Dani en su carrito eléctrico y a Óscar en su andador, no tenía nada de original. Habremos visto docenas de veces historias semejantes. Pero aún así, estupendo. Óscar y Dani son dos tipos enrollados que llevan su discapacidad con una actitud envidiable por su optimismo pese a sus dramáticas circunstancias. Línea 900 se metió en su intimidad y en su vida cotidiana. Debido a sus problemas de dicción, se recurrió al subtitulado para aprovechar al máximo sus comentarios. Son amigos inseparables y cuando van a comer juntos a un restaurante, Óscar da la comida a Dani. Ambos por la calle conforman una estampa insólita. «La sociedad nos sigue viendo como bichos raros», manifestó uno de ellos. Lo decía con conocimiento de causa. Si una emisión así ayuda a corregir un poco ese error, el reportaje habrá servido de mucho.