«La lectura es una forma de creación que nos hace más sabios»

Rosa Regás es una de esas mujeres que impresionan. Madre de cinco hijos, ha encontrado tiempo para escribir y cosechar importantes premios, como el Nadal o el Planeta. La autora de La canción de Dorotea, Memoria de Almator, Luna, lunera o Azul fue editora y traductora para las Naciones Unidas, lo que le permitió también conocer ciudades como Ginebra, Nueva York, Nairobi o París. Afincada finalmente en Madrid, el Gobierno de Zapatero la eligió para dirigir la Biblioteca Nacional, en la que ha puesto muchos desvelos. -¿Cómo encontró la Biblioteca Nacional y qué cambios ha hecho? -No puedo decir cómo estaba. Es una institución con muchos departamentos y yo he intentado conocer todos sus recovecos. Quiero abrirla a la máxima gente posible, facilitando el acceso a la sala de lectura, sin que sea preciso tanto papeleo y ampliando el fondo moderno, que incluye desde la república, la guerra civil y la postguerra, para que esté al alcance de todas las personas. Además hay un plan para la digitalización de todos aquellos libros de los que sólo tenemos un ejemplar. También vamos a abrir los depósitos de Alcalá de Henares -para cualquier consulta o investigación en las mismas condiciones de la sede central-, así como las salas de exposiciones y conferencias. Además, vamos a fomentar el intercambio con otros países, como los encuentros sobre Malraux que hemos inaugurado hoy. También en esta línea he realizado tres viajes a América Latina. Me propongo además desarrollar el estatuto de la Biblioteca Nacional, que es de los años noventa, para ponerlo al día y ayudar a los trabajadores para que tengan alicientes de promoción. -¿Tiene tiempo para escribir? -No. Escribo por las mañanas, pero me falta un lugar libre en la mente. Han sido tiempos duros, en los que he tenido que aprender mucho y ponerme al día, pero espero que esto se calmará. -¿En España se lee tan poco como revelan las estadísticas o es un mito? -Se lee poco, pero cada día más. Poco, con respecto a los países del Norte de Europa. Sin embargo, crece el número de bibliotecas y de visitantes y la gente compra libros. Aunque sólo leemos el 50 por ciento, somos más los que leemos que en décadas anteriores. -¿Aparte de los «ratones de biblioteca» quién utiliza la Biblioteca Nacional? -Está abierta a todo el mundo. Con la investigación y la consulta de libros la gente tiene mucho respeto. Pero si alguien se interesa por averiguar, por ejemplo, qué ocurrió el día que nació, también es una pequeña investigación. Las pequeñas investigaciones también influyen en la cultura de los ciudadanos. -¿Ganar el Planeta cambió su vida? -Todo cambia la vida. Cambió mi vida ganar el Planeta, ganar el Nadal o el Ciudad de Barcelona, volver a Europa, tener hijos... -Usted fue editora antes que escritora, ¿no cree que se publica demasiado y no siempre buena literatura? -No me atrevo a hacer juicios. Sí, antes creía que se editaba demasiado, pero no sabría encontrar una solución. Si alguien publica algo es porque la gente lo compra. Quizá habría que hacer tiradas más breves. Es cierto que en España se publica más que en países que leen más que el nuestro. -¿Cuál es la canción de Rosa Regás? -La que canto todos los días, aunque desafine, la que canta una persona a lo largo de toda su vida... -Usted ha llegado a decir que Zaplana es el embustero más grande que hay... -No lo he dicho. Tampoco he dicho que me alegró más la derrota del PP que la muerte de Franco. -Cinco hijos y catorce nietos, tiene usted una familia de las que ya no quedan. -Soy mu privilegiada, pero no por el número. Que sea numerosa es una casualidad. Lo importante, y de lo que me siento orgullosa, es de la calidad de las personas y de los valores que defienden. -¿La vanidad es el peor enemigo del escritor? -Sí, es verdad. Eso sí lo he dicho. El escritor está más abocado a caer en la tentación, por los elogios que recibe. -¿Qué libros le recomendaría a un niño para aficionarle a la lectura? -Que se fuera a una librería y buscara y averiguara su propio criterio. Me gusta que los niños vayan a las bibliotecas y revuelvan. Los maestros y los padres tienen que dejarles y animarles a crear su propio criterio, por muy elemental que sea. -«Lectura, creación y compromiso», es el título de la conferencia que imparte esta tarde en el Club de Prensa de Diario de León, ¿adónde quiere llevarnos? -Explicar que la lectura es una forma de creación que nos hace más sabios. Sólo si se tiene compromomiso, y el compromiso se adquiere con cierto conocimiento, se le puede sarcar jugo a la vida. -Usted ha dicho hoy, en refencia a Francia, que un país con una escuela pública y laica es un país con unos valores democráticos y cívicos sólidos. -Ser católico, mahometano o budista no te autoriza a aplicarlo a todo el mundo, pero la justicia, la igualdad, la libertad, la solidaridad..., son valores cívicos y universales. Los valores cívicos que se enseñan hoy en las escuelas francesas son los mismos que se enseñaban aquí en la República y que hoy intentamos devolver a las escuelas españolas.