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| Reportaje | Un personaje de leyenda |

El regreso de Alejandro Magno Alejandro según Joaquín Montero

España se prepara para el estreno de la gran superproducción de Oliver Stone, que muestra abiertamente la bisexualidad del héroe macedonio, en una cinta precedida por la polémica

León

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Afeminado. Pocas veces, por no decir ninguna, se ha mostrado abiertamente la faceta bisexual del gran personaje épico Alejandro Magno. Oliver Stone desnuda ahora al mayor héroe que ha dado la historia. La película Alexander , que se estrena en España la víspera de Reyes, explora una época de belleza, brutalidad, grandes ideales y traiciones terribles. Durante 8 meses, caballos, especialistas y adiestradores españoles han participado en el rodaje del último largometraje de Stone, quien exhibe sin tapujos la pasión del héroe macedonio por su guerrero favorito Hephaistion, que interpreta Jared Leto. La película ya ha levantado ampollas. Un grupo de abogados griegos han amenazado con demandar a Oliver Stone y la Warner por mostrar a un Alejandro Magno bisexual. Pretenden que en los títulos de crédito se exprese de forma clara que se trata de una película de ficción, no basada en la vida real del personaje histórico. Stone recupera el estilo épico que tantas superproducciones ha dado la factoría de Hollywood, para recrear las gestas de un hombre que tres siglos antes de Cristo, extendió su imperio desde Grecia hasta la antigua Babilonia y emprendió una campaña militar en la India, a donde ningún occidental había llegado antes. El resultado es una obra grandilocuente de 120 millones de dólares y tres horas de duración y una espléndida banda sonora de Vangelis. La epopeya cuenta además con grandes estrellas del momento como Val Kilmer, Anthony Hopkins y Angelina Jolie, quien, con apenas un año de edad más que Farrell, protagoniza a Olimpia, madre de Alejandro. «Puede que ofenda a muchos, pero la sexualidad en aquellos días era un tema completamente diferente a la actualidad», ha asegurado el director del filme. «La moralidad cristiana no existía. Jóvenes varones elegían a otros de su mismo sexo si sentían esa inclinación», aclaró Stone. El director, considerado políticamente incorrecto por su documental sobre Fidel Castro, seguramente quedará también marginado de los Oscar. Los críticos afirman que hay secuencias memorables, como la batalla inicial contra los persas, en las que el cineasta se regodea con tomas aéreas siguiendo el vuelo de un águila y efectos computarizados o la batalla final en la India, con elefantes en la jungla, escenas que fueron filmadas en Tailandia. Stone, en el punto de mira de los sectores conservadores, lo tenía muy claro: era una gran historia y nadie la había contado. Pero Stone ha tenido que recorrer un largo camino. Todo comenzó hace más de una década. Hacia 1990 Stone y el productor Thomas Schühly trabajaron conjuntamente en la escritura de dos guiones. Más tarde, en 1996 hizo un nuevo guión. Cinco años retomó el texto y lo rehizo nuevametne. Ésta última vez fue gracias al productor Moritz Borman, quien hacia el año 2000 sentó los cimientos de la financiación del proyecto. En esos momentos no tenía el dinero, pero estaba decidido a hacerla. Pese a lo que pueda parecer, el cineasta ha mostrado en más de una ocasión su admiración por un personaje que con sólo 25 años había conquistado ya el mundo. Presentar a Alejandro Magno como bisexual fue una decisión fácil, muy aplaudida por agrupaciones gays. Según ha confesado Stone, la historia indica que al general macedonio -aparentemente casado en dos ocasiones-, le iba la carne y el pescado así como los eunucos. El leonés Joaquín Montero, profesor de Humanidades en la Universidad de Chicago y admirador y consumado especialista en la época de Alejandro Magno, regresa a las librerías con la segunda edición de Alejandro Magno, una novela histórica que se adelanta como primera parte (los diarios de juventud) de una trilogía. El libro pretende recuperar los diarios que Alejandro Magno escribiera durante su vida, que fueron pasto de las llamas. Perdiéndose para siempre junto con las cajas que contenían la segunda parte de los mismos y a otras obras de grandes sabios de la antigüedad, durante el incendio que la biblioteca de Alejandría. Estos escritos fueron, supuestamente, recogidos por su general y amigo Ptolomeo, soberano de Egipto tras la desmembración del imperio alejandrino. La frescura y la espontaneidad de la narración del propio Alejandro se unen a una reconstrucción histórica llena de erudición, intensidad y emoción que nos muestra el latir de una época llena de cambios, la Grecia del siglo IV antes de Cristo. Esta obra puede utilizarse como recurso didáctico en las clases de historia, arte o filosofía, pues contiene un amplio anexo con notas del autor sobre la creación de la novela, un índice de personajes, un glosario, cartografía y una breve guía del contenido de los capítulos a tal efecto. Título: «Alejandro Magno». Autor: Joaquín Montero. Editorial: Edilesa (2ª edición). Páginas: 445. Precio: 20 euros.