Los directores de cine buscan en Castilla y León escenarios medievales

Son muchas las productoras cinematográficas y agencias publicitarias que piensan que ningún escenario virtual ni decorado de cartón piedra puede sustituir a la belleza y el realismo de infinidad de enclaves de la región, elegidos en multitud de ocasiones para contextualizar películas, documentales y anuncios. Así, por ejemplo, la villa medieval de Medinaceli (Soria) sufrió una auténtica revolución cuando, en el verano de 2003, el futbolista del Real Madrid David Beckham protagonizó junto a otros galácticos como Raúl y Ronaldinho un spot de Pepsi con aromas de antiguo western. Si en esta ocasión el rodaje se produjo en el más absoluto de los secretos, en muchas otras los vecinos de las localidades inmortalizadas en el celuloide participaron activamente como extras y actores secundarios en la filmación. Es el caso de la segoviana Pedraza, que alcanzó su cenit hace cuatro años cuando su plaza se convirtió en el «cielo» imaginario del director de cine José Luis Cuerda. Una de las películas más representativas del cine contemporáneo español, Así en el cielo como en la tierra, se rodó casi de forma íntegra en este espacio, donde los vecinos del pueblo convivieron con actores consagrados como Fernando Fernán Gómez, Francisco Rabal, Jesús Bonilla, Luis Cigues, Agustín González, Gabino Diego, Chus Lampreabe y Enrique San Francisco. También los vecinos del serrano pueblo de La Alberca (Salamanca) están acostumbrados a ver casi con normalidad la invasión de cámaras de cine, actores, directores o vestuario de época. El concejal de Cultura de la localidad serrana, Manuel Sánchez, asegura que lo que más atrae de La Alberca al mundo del séptimo arte es su etnografía, el entorno natural que la rodea y la arquitectura popular, sin olvidar muchas de sus costumbres ancestrales, algunas de ellas de herencia prerromana, que pasaron al mundo audiovisual gracias al género documental. Así, recuerda cómo José Luis Cuerda durante el rodaje de La Marrana ( 1992), protagonizada por Alfredo Landa y Antonio Resines, le aseguraba que en el municipio serrano «encontraba cuadro cinematográfico cada cinco metros», lo que le permitía ahorrarse un dineral en decorados. Sánchez afirma que el cine repercutió de manera muy positiva en el municipio, sobre todo desde el punto de vista turístico, y reconoce que los filmes que mayores beneficios generaron fueron clásicos, como La Guerrilla ( Rafael Gil, 1972) o Marcelino pan y vino ( Ladislao Vadja, 1954). Películas de 30 segundos El ambiente rescatado del medievo se respira también en el pequeño municipio segoviano de Pedraza, con poco más de un centenar de habitantes censados. Esta población monumental, compuesta por un conjunto de casas de hidalgos, palacios blasonados, iglesias y pintorescas calles tiene su entramado desparramado sobre una pequeña meseta amurallada, vigilada por su castillo, bordeada por el arroyo Vadillo y con un único acceso conocido como Puerta de la Villa, obra morisca con escudo de armas, encima de cuyo arco estuvo la cárcel. La última vez que las pruebas de vestuario y las comidas en la calle «tomaron» Pedraza fue para grabar, en los alrededores de su Plaza Mayor, algunos capítulos de la serie de Televisión Española Cuéntame cómo pasó, simulando el ficticio pueblo de Sagrillas. Hasta allí trasladaron los viejos vehículos de la época de los 60 y 70, como un Seat 600, un 850 o un Renault 4, además de utilizar a vecinos de allí como extras y algunos aportando incluso carros o ganado.