El patrimonio expoliado

EN LEÓN ha quedado lo que no se pudieron llevar. La historia da fe de ello. Las tropas napoleónicas, incluso, intentaron abatir a tiros el gallo que corona la torre de San Isidoro y cuyo valor ha sido recientemente descubierto. Miles de piezas del patrimonio histórico de esta provincia fueron saqueadas, expoliadas y enviadas al «exilio», para adornar palacios y museos. El Arqueológico Nacional es el referente. Esquilmó cuanto quiso del tesoro de San Isidoro en el siglo XIX y nunca lo devolvió, excepto para una exposición temporal ( Tesoro Sagrado y Monarquía ), que permitió a los leoneses contemplar durante unas semanas las joyas regaladas por los monarcas Fernando y Sancha a la colegiata. La decisión del Gobierno central, muy respetable y cargada de argumentos, de devolver a Cataluña sus papeles de la Guerra Civil custodiados en el Archivo de Salamanca, abre la puerta a futuros pleitos. De momento y que se sepa, sólo el abad emérito de San Isidoro, Antonio Viñayo, ha tenido el valor de reclamar al citado museo de Madrid lo que en un tiempo no muy lejano fue nuestro. Pero la lista es larguísima, desde el British al Louvre, pasando por el Metropolitan de Nueva York o el Hermitage, por no citar otros museos españoles (y alguno catalán) tienen piezas de arte de León -muchas de valor incalculable-. El asunto puede llevar a alguna que otra institución y a los partidos a reflexionar y abrir una batalla legal por recuperar nuestro legado histórico. Hace dos años, 18 museos del mundo -incluido el Prado- firmaban una declaración condenando el tráfico ilegal de arte, pero defendiendo al mismo tiempo el derecho de los museos a conservar piezas artísticas de otros países obtenidas en el pasado. De lo contario, se quedarían vacíos...