La Junta, el PP y sus lecciones de moral

LA POSTURA del alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote, es, como mínimo, lamentable. Por si alguien no sitúa al personaje, su jefe de gabinete admitió en el juzgado ser responsable de los anónimos dirigidos contra el director del Museo de Art Decó y Art Nouveau de la Casa Lis. El objetivo supuestamente era «desacreditar» a este director, al parecer por no ser persona del agrado del regidor del PP. El caso del archivo de Salamanca está siendo utilizado torticeramente por los conservadores más rancios del país para hablar de la ruptura de España, aquella que era «una, grande y libre» en tiempos de Franco. Pocos se refieren al hecho de cerrar una herida y de que el asunto supone la devolución de unos documentos «expoliados» -como casi todos los bienes que exhiben los museos- al pueblo de Cataluña. Ahora sale a la palestra la vicepresidenta de la Junta, María Jesús Ruiz, dando lecciones de cómo debe conservarse y cuidarse el Patrimonio. Ha anunciado que pedirá una reunión con los presidentes de las comunidades autónomas para denunciar la desprotección del Patrimonio por parte del Estado. ¿Y la Junta? ¿No tiene la Catedral en precario y en el abandono más absoluto la mejor iglesia paleocristiana de Europa, la de Marialba de la Ribera? El PP se ha hecho experto en echar mierda a sus oponentes. Al menos, el presidente Zapatero sabe pedir perdón, como en el caso del reciente temporal. ¿Alguien recuerda que el PP haya pedido alguna vez perdón por algo? Los populares deberían dar menos lecciones de moral.