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España y las siete maravillas
Siete monumentos españoles han sido incluidos entre los 150 candidatos de partida para elegirlas Siete Maravillas del mundo moderno, que se elegirán a través de Internet
Ciento cincuenta edificios y monumentos construidos por el hombre entre el 200 antes de Cristo y el año 2000 aspiran a convertirse en una de las nuevas Siete Maravillas del mundo moderno. Los miembros de este selecto listado serán elegidos a lo largo de este año por medio de la página web ww.newsevenwonders.com en una mezcla de votación popular y análisis de un comité de expertos. Siete monumentos españoles han sido incluidos entre los 150 candidatos de partida. La catedral de Santiago figura entre ellos junto a edificios tan dispares y emblemáticos como la Sagrada Familia barcelonesa, la Giralda de Sevilla, la Alhambra de Granada, la mezquita de Córdoba, el Palacio Real de Madrid y el Guggenheim de Bilbao. En el listado provisional, surgido de más de diecisiete millones de votos, el templo compostelano figura en el puesto número 74. En cabeza está la Gran Muralla China (con un 11% de los votos) seguida del Palacio de Potala, en el Tíbet. Todos ellos deberán competir con obras tan antiguas como el coliseo de Roma, la ciudad sagrada de Machu Pichu, en Perú, o el templo de Abu Simbel, en Egipto, y edificios más recientes como el Empire State de Nueva York, la Torre Eiffel de París o la Ópera de Sídney. De la primera criba saldrán varias candidatas, entre las cuales un comité de expertos elegirá, en febrero, un total de 21 finalistas. Entre éstas el público de todo el mundo podrá votar a lo largo de los próximos 363 días, ya que el 1 de enero de 2006 se dará a conocer el listado definitivo. La iniciativa de elegir las nuevas Siete Maravillas nació del filántropo y aventurero suizo Bernard Weber, que ha sido también ayudante de dirección de Federico Fellini. Weber toma así el testigo de Filón de Bizancio, a quien se atribuye el célebre ránking de l as célebres Siete Maravillas del mundo antiguo, una de las primeras guías de viajes de la humanidad. El ingeniero alejandrino tuvo la ocurrencia de establecer una clasificación con las más perfectas obras de escultura y arquitectura del hombre para que los atenienses pudieran visitarlas. Todas ellas estaban situadas en torno al Mediterráneo, que delimitaba entonces el mundo conocido, y habían sido construidas entre los años 2.500 y 200 antes de Cristo. Sólo las pirámides de Giza, en Egipto, de casi cinco mil años de antigüedad, siguen hoy en pie y abiertas al turista como la más perfecta obra arquitectónica jamás realizada. Weber, a través de su fundación New 7 Wonders Foundation, quiere hacer con las Siete Maravillas lo mismo que el barón de Coubertain al revisar y actualizar los Juegos Olímpicos allá por el año 1896, pero de forma mucho más democrática. El proyecto de este explorador cuenta con el apoyo del ex director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza. Su objetivo con este proyecto es proteger y conservar el legado que han dejado las construcciones del hombre sobre la tierra y fomentar la educación para el reconocimiento de otras culturas. De momento, quedan excluidas de mención las maravillas naturales y los logros meramente tecnológicos. El dinero donado a la fundación se destina a labores de recuperación y restauración de obras como los budas gigantes de Bamiyan, en Afganistán.