La entrada al Prado cuesta desde ayer seis euros, tres más que el domingo
La entrada al Museo del Prado cuesta desde ayer seis euros, un incremento del cien por cien sobre el precio anterior, que el público acogió en unos casos con resignación y en otros con cierto disgusto, pero que, de todos modos, y a juzgar por las colas, no pareció disuadir a nadie de visitar la pinacoteca. «Es un poco exagerado que sea el doble, habría podido ser una cosa un poquito más ajustada», opinaba, mientras esperaba su turno para entrar, una señora venida desde Cataluña, cuyo acompañante, que convenía con ella en lo de «exagerado», señalaba, no obstante, que, estando ya a sus puertas, no iban a dejar de visitar el Prado porque fuera más caro. «Es un abuso», consideró otro visitante, un señor entrado ya en edad que se quejaba también de la subida, con la llegada del año nuevo, en piscinas municipales y transportes, y para quien «esto es continuo». La opinión opuesta la manifestaba un joven que, a diferencia de las anteriores personas, sí sabía que la subida se iba a producir: «Encuentro que es un buen precio. Para la entidad del museo, no me parece caro, y, comparado con otros europeos, es más barato», afirmaba el visitante.